Romper aguas sin contracciones: ¿Es posible? Te lo explicamos

Romper aguas sin contracciones: ¿Es posible? Te lo explicamos

¿Se puede romper aguas sin tener contracciones? La respuesta corta es sí

Si estás en la recta final de tu embarazo, es probable que te hayas imaginado mil veces cómo empezará todo. Quizás te veas como en las películas: un gran «¡splash!» en medio del supermercado, seguido de un «¡Cariño, es la hora!». Pero la realidad, como casi siempre, es mucho más variada y, a menudo, menos dramática.

Una de las preguntas que más se repiten en las consultas de las matronas es precisamente esta: ¿es posible romper aguas sin tener contracciones de parto? La respuesta es clara y directa: sí, es totalmente posible. De hecho, es una situación más común de lo que se piensa.

Cuando esto ocurre, se conoce médicamente como rotura prematura de membranas (RPM). No te asustes por el nombre, «prematura» en este contexto no siempre significa que el bebé sea prematuro, sino que la bolsa se ha roto antes del inicio del trabajo de parto activo.

¿Qué significa exactamente «romper aguas»?

Antes de seguir, aclaremos qué es eso de «romper aguas». Durante el embarazo, tu bebé flota felizmente en el útero dentro de una bolsa llena de líquido amniótico. Esta bolsa lo protege de golpes, mantiene una temperatura estable y le permite moverse con libertad.

Romper aguas es, simplemente, la rotura de esa bolsa o saco amniótico, lo que provoca que el líquido se libere a través de la vagina. Y no, no siempre es un torrente incontrolable. A veces puede ser:

  • Un «chorrazo»: Una salida abundante y evidente de líquido que no deja lugar a dudas.
  • Un goteo lento: Una pérdida continua de pequeñas cantidades de líquido, que a veces puede confundirse con flujo vaginal o una pequeña pérdida de orina.

Si tienes dudas, un truco es ponerte una compresa. El líquido amniótico suele ser transparente o ligeramente amarillento, a veces con un tinte rosado, y tiene un olor característico, algo dulzón, muy diferente al de la orina.

Romper aguas sin contracciones: La rotura prematura de membranas (RPM)

Como decíamos, cuando se produce la rotura de la bolsa antes de que comiencen las contracciones de parto regulares y efectivas, hablamos de rotura prematura de membranas.

Según el Manual MSD, esto sucede en aproximadamente un 8-10% de los embarazos a término (es decir, a partir de la semana 37). Por lo tanto, no es algo raro.

Cuando esto pasa, el cuerpo suele reaccionar y, en la mayoría de los casos, las contracciones de parto comenzarán por sí solas en las siguientes 12 a 24 horas. El propio acto de romper aguas libera unas sustancias llamadas prostaglandinas, que ayudan a madurar el cuello del útero y a desencadenar el parto.

¿Y ahora qué? Pasos a seguir si has roto aguas

Vale, has confirmado que has roto aguas, pero de las contracciones, ni rastro. ¿Qué haces? Lo primero y más importante: mantén la calma. No hay necesidad de salir corriendo ni de entrar en pánico.

Estos son los pasos recomendados:

  1. Apunta la hora: Es un dato importante que te preguntarán en el hospital.
  2. Observa el color del líquido: Fíjate si es claro, rosado, amarillento o si tiene un tono verdoso o marrón (esto podría indicar presencia de meconio y es importante comunicarlo).
  3. Llama a tu médico o matrona: Ponte en contacto con tu hospital de referencia o con el profesional que sigue tu embarazo. Explícales la situación con calma: a qué hora rompiste aguas, el color del líquido y que, de momento, no tienes contracciones de parto.
  4. Sigue sus instrucciones: Lo más probable es que te indiquen que te dirijas al hospital sin prisa pero sin pausa para una valoración.

¿Por qué es importante ir al hospital aunque no tengas contracciones de parto?

Aunque te sientas perfectamente bien y no haya ni una sola contracción a la vista, es fundamental que te vea un profesional. ¿El motivo principal? El riesgo de infección.

Al romper aguas, la barrera estéril que protegía a tu bebé ha desaparecido. Esto aumenta las posibilidades de que una infección ascienda desde la vagina hasta el útero, lo que se conoce como corioamnionitis.

En el hospital, comprobarán que efectivamente has roto la bolsa, evaluarán el bienestar de tu bebé y decidirán cuál es el mejor plan de acción. Si estás a término, lo más habitual es esperar un tiempo prudencial (que suele ser de unas 12-24 horas) para ver si el parto arranca de forma espontánea. Si pasado ese tiempo las contracciones de parto no han hecho acto de presencia, es muy probable que te recomienden inducir el parto con oxitocina para minimizar el riesgo de infección.

Conclusión: Cada parto es un mundo

Así que, para resumir: sí, puedes romper aguas sin tener contracciones, y no, no es motivo para alarmarse. Es una forma tan válida como cualquier otra de que tu cuerpo te anuncie que el gran momento se acerca.

Recuerda que cada embarazo y cada parto son únicos. Olvídate de las escenas de película y confía en tu cuerpo y en los profesionales que te acompañan. Si rompes aguas, respira hondo, coge tu bolsa del hospital y llama para recibir indicaciones. Estás un paso más cerca de conocer a tu bebé. ¡Mucha suerte en esta increíble aventura

Preguntas Frecuentes

Q: Si he roto aguas pero no tengo contracciones, ¿puedo esperar en casa a que empiecen?

A: No, debes contactar a tu médico o matrona y acudir al hospital para una valoración. Aunque las contracciones puedan tardar en llegar, es fundamental confirmar que la bolsa se ha roto y evaluar el bienestar de tu bebé para descartar riesgos, principalmente el de una infección.

Q: ¿Qué significa si el líquido amniótico es de color verde o marrón en lugar de claro?

A: Un color verdoso o amarronado suele indicar la presencia de meconio (las primeras heces del bebé). Esto puede ser una señal de que el bebé está experimentando algún tipo de estrés. Si notas este color, es importante que lo comuniques a tu equipo médico y acudas al hospital sin demora para que puedan monitorizar al bebé de cerca.

Q: Una vez he roto aguas, ¿puedo darme un baño para relajarme mientras espero?

A: No se recomienda tomar baños de inmersión una vez que la bolsa amniótica se ha roto. Al desaparecer esa barrera protectora, el riesgo de que las bacterias asciendan desde la vagina hasta el útero aumenta. Por seguridad, evita los baños y las relaciones sexuales. Una ducha sí es segura.

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