Regresión del Sueño a los 4 Meses: Qué Es y Guía para Superarla

Regresión del Sueño a los 4 Meses: Qué Es y Guía para Superarla

Justo cuando pensabas que por fin tu bebé empezaba a dormir del tirón, o al menos a encadenar unas cuantas horas seguidas, llega el cuarto mes y todo salta por los aires. De repente, tienes un bebé que se despierta cada hora, lucha contra las siestas como si le fuera la vida en ello y está mucho más irritable.

Si te suena esta historia, bienvenida al club. Lo más probable es que estéis atravesando la famosa regresión del sueño de los 4 meses. Y aunque la palabra «regresión» suene a paso atrás, te adelantamos que es todo lo contrario: es una señal de que el cerebro de tu pequeño está madurando. ¡Vamos a ver qué es y cómo podéis superarla!

¿Qué es exactamente la regresión del sueño de los 4 meses?

Más que una regresión, es una progresión en toda regla. Hasta ahora, el sueño de tu bebé era muy básico, con solo dos fases. Pero alrededor de los cuatro meses, su patrón de sueño evoluciona para parecerse más al de un adulto, incorporando ciclos de sueño ligero y profundo.

¿El problema? Al final de cada ciclo de sueño (que dura entre 45 y 60 minutos), tu bebé pasa por un microdespertar. Antes, probablemente ni se daba cuenta y seguía durmiendo. Ahora, con su nuevo cerebro más «despierto», es mucho más consciente de su entorno. Si se durmió en tus brazos y de repente se despierta solo en su cuna, es normal que se asuste y te reclame. ¡Eh, que aquí falta algo!

A esto se suman otros hitos del desarrollo: empieza a girarse, a coger objetos, su visión mejora… Su mundo se está expandiendo a una velocidad de vértigo, y procesar toda esa información también puede interferir en su descanso.

Señales de que tu bebé está en plena regresión

Aunque cada bebé es un mundo, hay algunas pistas bastante claras que indican que la regresión ha llamado a vuestra puerta:

  • Despertares nocturnos muy frecuentes: Es el síntoma estrella. Pasa de dormir 5 horas seguidas a despertarse cada hora o dos horas.
  • Siestas más cortas o inexistentes: Las siestas de 20-30 minutos se convierten en la norma, y a veces se resiste a ellas con todas sus fuerzas.
  • Dificultad para conciliar el sueño: Lo que antes era un proceso más o menos rápido, ahora se convierte en una batalla campal.
  • Irritabilidad y mal humor: La falta de sueño afecta a su humor (y al tuyo, claro). Estará más quejoso y demandante durante el día.

Cómo superar la regresión: consejos prácticos para sobrevivir

La buena noticia es que esta fase es temporal. La mala es que puede durar entre 2 y 6 semanas. Pero no te preocupes, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tu bebé (y a ti misma) a navegar esta etapa de la mejor manera posible.

Domina las ventanas de sueño de tu bebé

Este es, probablemente, el concepto más importante que debes manejar ahora mismo. Las ventanas de sueño son el tiempo máximo que un bebé puede estar despierto entre una siesta y otra sin llegar a estar sobrecansado. Un bebé sobrecansado libera cortisol (la hormona del estrés), lo que le dificulta enormemente conciliar el sueño y mantenerlo.

Para un bebé de 4 meses, las ventanas de sueño suelen ser de entre 90 minutos y 2 horas. Obsérvalo bien: si empieza a frotarse los ojos, a bostezar o a mirar a un punto fijo, ¡es hora de empezar el ritual para dormir! No esperes a que esté llorando desconsoladamente.

Crea una rutina de sueño relajante y predecible

A los bebés les encanta la previsibilidad. Una rutina constante antes de cada siesta y antes de dormir por la noche le envía a su cerebro la señal de que es hora de bajar revoluciones y prepararse para descansar.

No tiene que ser nada complicado. Unos 15-20 minutos son suficientes:

  • Bajar las persianas y crear un ambiente de penumbra.
  • Poner algo de ruido blanco.
  • Cambiarle el pañal y ponerle el pijama o el saco de dormir bebe.
  • Cantarle una nana suave o leerle un cuento con voz calmada.
  • Unos mimos y a la cuna.

La clave es la consistencia. Hazlo siempre en el mismo orden.

Apuesta por un entorno de sueño seguro y tranquilo

Un buen descanso necesita un buen escenario. Asegúrate de que su habitación sea una cueva del sueño:

  • Oscuridad total: Invierte en unas buenas cortinas opacas. La oscuridad favorece la producción de melatonina, la hormona del sueño.
  • Temperatura agradable: Ni mucho frío, ni mucho calor. Entre 20 y 22 grados es lo ideal.
  • Entorno seguro: La cuna debe estar despejada, sin peluches, cojines ni protectores. La recomendación de los expertos, como la Asociación Española de Pediatría (AEPED), es que los bebés duerman boca arriba sobre una superficie firme.

Aquí es donde el saco de dormir bebe se convierte en tu mejor aliado. No solo elimina el riesgo de que el bebé se cubra la cara con una manta, sino que le proporciona una sensación de confort y seguridad. Además, un buen saco de dormir bebe puede ayudar a atenuar los últimos coletazos del reflejo de moro, ese sobresalto que a veces los despierta bruscamente.

Fomenta el sueño independiente (con calma y paciencia)

Este es el gran objetivo: que tu bebé aprenda a dormirse por sí mismo. Si aprende a hacerlo al inicio de la noche, le será mucho más fácil volver a dormirse solo en esos microdespertares entre ciclos.

Intenta acostarlo en la cuna cuando esté adormilado pero todavía despierto. Puede que las primeras veces proteste, y está bien que lo consueles. Puedes ponerle la mano en el pecho, susurrarle… La idea es darle apoyo, pero evitando crear nuevas dependencias como mecerlo hasta que se duerma profundamente.

Paciencia, esto también pasará

Sabemos que es agotador. Escuchar una y otra vez que «es una fase» no hace que el cansancio desaparezca. Pero es la verdad. Esta regresión es una señal de que tu bebé está creciendo sano y su cerebro se está desarrollando a las mil maravillas.

Céntrate en establecer unas buenas bases de sueño, sé consistente con las rutinas y respeta sus ventanas de sueño. No dudes en pedir ayuda y turnarte con tu pareja para poder descansar un poco.

Mucho ánimo, mucha paciencia y mucho café. ¡Lo estáis haciendo genial

Preguntas Frecuentes

Q: Si es una ‘progresión’, ¿por qué mi bebé duerme peor que antes?

A: Aunque es un avance en su desarrollo cerebral, duerme peor porque su patrón de sueño ha cambiado para parecerse al de un adulto, con ciclos de sueño ligero y profundo. Ahora, entre cada ciclo, tiene un microdespertar en el que es mucho más consciente de su entorno. Si se da cuenta de que no está donde se durmió (por ejemplo, en tus brazos), se asusta y te llama porque nota que algo ha cambiado.

Q: Mi bebé llora en cuanto lo pongo en la cuna despierto, ¿qué hago? ¿Debo dejarle llorar?

A: El objetivo no es dejarle llorar sin consuelo. La clave es darle la oportunidad de que aprenda a calmarse por sí mismo. Intenta ponerlo en la cuna somnoliento pero aún consciente. Si protesta, puedes consolarlo con tu presencia, poniéndole una mano en el pecho o susurrándole suavemente. La meta es ofrecerle seguridad sin recurrir inmediatamente a mecerlo o alimentarlo hasta que se duerma del todo, enseñándole poco a poco a conciliar el sueño en su propio espacio.

Q: Esta fase parece interminable, ¿puedo crear ‘malos hábitos’ si lo cojo en brazos para calmarlo?

A: Durante esta etapa tan intensa, es fundamental encontrar un equilibrio entre la supervivencia y la creación de buenos hábitos. Responder a las necesidades de tu bebé y consolarlo no es crear un mal hábito, es darle seguridad. Sin embargo, intenta ser consistente con la rutina y ofrécele la oportunidad de dormirse solo siempre que sea posible. Concéntrate en no introducir nuevas ayudas para dormir que no sean sostenibles a largo plazo. Una vez superada la regresión, las bases que has sentado ahora os ayudarán a retomar un mejor descanso.

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