Regresión del Sueño a los 4 Meses: Guía de Supervivencia 2025

Si estás leyendo esto, es muy probable que tengas unas ojeras que compiten en tamaño con las de un oso panda y que tu última noche de sueño reparador sea un vago recuerdo. Justo cuando pensabas que tu bebé de 4 meses y tú empezabais a entenderos en el departamento del sueño, todo ha saltado por los aires. De repente, ese angelito que dormía tramos de 4, 5 o incluso 6 horas, ahora se despierta cada 45 minutos.

Bienvenida/o al club. Acabas de entrar de lleno en la famosísima (y temida) regresión del sueño de los 4 meses.

Respira hondo. No, tu bebé no se ha «roto» ni has hecho nada mal. De hecho, lo que está pasando es una señal de que su cerebro se está desarrollando a pasos agigantados. En esta guía actualizada a 2025, vamos a desmitificar este hito y a darte herramientas prácticas para que toda la familia pueda volver a descansar.

¿Qué es exactamente la regresión del sueño de los 4 meses?

Lo primero es lo primero: aunque la llamemos «regresión», en realidad es una progresión neurológica permanente. Tu bebé no está yendo hacia atrás, sino hacia adelante.

Hasta ahora, el sueño de tu recién nacido era bastante simple: entraba en un sueño profundo y listo. Pero alrededor de los 4 meses, su arquitectura del sueño madura y empieza a parecerse mucho más a la de un adulto. Pasa de tener 2 fases de sueño a tener ciclos de 4 fases, alternando entre sueño ligero y profundo.

¿El problema? Al final de cada ciclo de sueño (que en un bebé de esta edad dura unos 45-60 minutos), tiene un microdespertar. Antes, probablemente pasaba de un ciclo a otro sin enterarse. Ahora, al ser su sueño más ligero, se da cuenta de que las cosas no son como cuando se durmió. Ya no está en tus brazos, el pecho no está cerca o el biberón ha desaparecido. Y como aún no sabe cómo volver a dormirse solo, ¿qué hace? Llorar para que vengas a ayudarle.

Señales de que tu bebé está en la regresión de los 4 meses

Aunque cada bebé es un mundo, los síntomas suelen ser bastante claros:

  • Despertares nocturnos muy frecuentes: Es la señal estrella. El bebé que antes aguantaba horas, ahora se despierta cada poco tiempo.
  • Siestas cortas y caóticas: Las siestas de 2 horas se convierten en siestas de 30-45 minutos de las que se despierta irritable.
  • Dificultad para conciliar el sueño: Tanto por la noche como en las siestas, le cuesta más «desconectar» y dormirse.
  • Más irritabilidad y llanto: La falta de sueño afecta a su humor (y al tuyo, claro).
  • Cambios en el apetito: Puede que quiera comer más a menudo por la noche, a veces más por consuelo que por hambre real.

Cómo sobrevivir (y superar) la regresión de los 4 meses

Vale, ya sabemos qué es y por qué pasa. Ahora vamos a lo importante: ¿qué hacemos? La clave no es «arreglarlo», sino acompañar a tu bebé en este cambio y darle las herramientas para que aprenda a dormir de forma más autónoma.

Establece una rutina de sueño relajante

Si todavía no tienes una, ahora es el momento perfecto. Los bebés adoran la previsibilidad. Una rutina constante le envía a su cerebro la señal de que se acerca la hora de dormir. No tiene que ser nada complicado:

  1. Un baño tibio y relajante.
  2. Ponerle el pijama y el saco de dormir.
  3. Bajar las luces y hablarle en un tono suave.
  4. Leer un cuento corto (sí, ¡incluso a los 4 meses!).
  5. Cantarle una nana.
  6. Un último abrazo y beso antes de ir a la cuna.

Esta serie de pasos predecibles es la base de una buena higiene del sueño, un concepto que te acompañará durante toda su infancia. Se trata de crear hábitos y un entorno que favorezcan un descanso de calidad.

Crea un ambiente de sueño ideal

Piensa en una cueva: oscura, silenciosa y fresca. Eso es lo que necesita tu bebé para dormir bien.

  • Oscuridad total: Invierte en unos buenos estores opacos o cortinas blackout. La oscuridad ayuda a la producción de melatonina, la hormona del sueño.
  • Ruido blanco: Un sonido constante y monótono (como el de una máquina de ruido blanco o un ventilador) puede hacer maravillas para enmascarar los ruidos de la casa y ayudar al bebé a conectar ciclos de sueño.
  • Temperatura adecuada: Asegúrate de que la habitación esté a una temperatura confortable, entre 20-22 °C.

Fomenta el sueño autónomo

Este es el paso más importante y, a veces, el más difícil. Para que tu bebé aprenda a conectar los ciclos de sueño por sí mismo, necesita practicar cómo dormirse sin ayudas externas (mecerlo, el pecho, el biberón…).

El objetivo es acostarlo en la cuna somnoliento pero todavía despierto.

Sabemos que es tentador mecerle hasta que esté profundamente dormido, pero si lo haces, cuando se despierte entre ciclos, necesitará que lo vuelvas a mecer para dormirse de nuevo. Empieza poco a poco. Si siempre se duerme al pecho, intenta que su última toma sea al principio de la rutina, no justo al final. Si se duerme en brazos, prueba a ponerlo en la cuna un poquito antes cada noche. Habrá protestas, sí, pero la constancia es tu mejor aliada. Como bien explican en fuentes de referencia como la Asociación Española de Pediatría (AEPED), establecer patrones de sueño saludables desde pequeños es fundamental.

Atiende sus necesidades (sin crear nuevas muletas)

Es crucial que tu bebé se sienta seguro y atendido. Si llora, acude. No se trata de dejarle llorar sin consuelo. Puedes cogerlo, calmarlo y, una vez tranquilo, volver a intentarlo en la cuna. La diferencia está en el objetivo: calmarle para que él se duerma, no dormirle .

Durante esta fase, es normal que las tomas nocturnas aumenten. Atiéndelas, pero intenta que sean eficientes y tranquilas, sin demasiada luz ni interacción, para que entienda que la noche es para dormir.

¿Y después qué? La regresión del sueño a los 6 meses y más allá

La mala noticia es que esta no será la única regresión. La buena es que cada vez tendrás más herramientas para afrontarlas. El desarrollo de tu bebé viene acompañado de hitos que, a menudo, alteran el sueño temporalmente.

La temida regresión sueño 6 meses

Justo cuando crees que has superado la de los 4 meses, puede aparecer la regresión sueño 6 meses. Esta suele estar ligada a nuevos hitos motrices fascinantes para tu bebé, como aprender a sentarse o a gatear. Su cerebro está tan emocionado con estas nuevas habilidades que ¡quiere practicarlas a las 3 de la mañana! También pueden influir la dentición y una mayor conciencia de su entorno.

Futuras regresiones: ¿qué esperar?

El camino del sueño está lleno de baches. Más adelante, te encontrarás con otras como la regresión sueño 18 meses, a menudo causada por la ansiedad por separación, el desarrollo del lenguaje y una reafirmación de su independencia (el famoso «no»).

La clave para todas ellas es la misma: paciencia, constancia y una buena higiene del sueño. Las rutinas que establezcas ahora serán el ancla que os ayudará a navegar estas tormentas pasajeras.

Preguntas Frecuentes sobre la Regresión de los 4 Meses

¿Cuánto dura la regresión de los 4 meses?
Suele durar entre 2 y 6 semanas. La duración dependerá de cada bebé y de cómo los padres ayuden a establecer nuevos hábitos de sueño.

¿Debo empezar el «entrenamiento de sueño» durante la regresión?
Es el momento ideal para asentar las bases de una buena higiene del sueño. No tienes por qué aplicar un método estricto de «entrenamiento», pero sí es crucial ser muy constante con las rutinas y empezar a fomentar el sueño autónomo. Según expertos como los de la Clínica Mayo, la consistencia es la clave del éxito.

¿Afecta a todos los bebés?
Afecta a la gran mayoría, ya que es un cambio biológico en la estructura del sueño. Sin embargo, la intensidad y la forma en que se manifiesta varían enormemente de un bebé a otro.

Para terminar, un último mensaje: no estás sola/o. Millones de padres y madres han pasado (y están pasando en este mismo instante) por lo mismo que tú. Esta fase es agotadora, pero es temporal y es una señal del increíble desarrollo de tu bebé.

Apóyate en tu pareja, pide ayuda si la necesitas y recuerda que «esto también pasará». Y antes de que te des cuenta, estarás durmiendo otra vez. Bueno, al menos hasta la regresión sueño 6 meses… ¡pero para entonces ya serás todo un experto/a

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Preguntas Frecuentes

Q: ¿Qué hago si mi bebé llora desconsoladamente cuando lo acuesto despierto?

A: Es normal que proteste, es un cambio para él. La clave es ser constante pero tranquilizador. Acude a su lado, puedes cogerlo para calmarlo, pero intenta volver a ponerlo en la cuna cuando esté tranquilo, no completamente dormido. El objetivo es que aprenda a conciliar el sueño en su cuna, y para ello necesita practicar sintiéndose seguro y acompañado.

Q: ¿Cómo sé si los despertares son por hambre real o por la necesidad de consuelo?

A: A los 4 meses, es posible que aún necesite 1 o 2 tomas nocturnas. Una buena estrategia es esperar unos minutos antes de ofrecer comida. Intenta calmarlo primero con tu voz o una caricia. Si se vuelve a dormir, probablemente era una asociación de sueño. Si el llanto aumenta y busca activamente, es muy probable que sea hambre. Mantén las tomas nocturnas eficientes y con poca luz para no reforzar los despertares.

Q: Si este cambio en el sueño es permanente, ¿significa que nunca volverá a dormir bien?

A: Al contrario. Que el cambio sea permanente es una señal de madurez cerebral y es precisamente lo que le permitirá, a la larga, dormir toda la noche. El problema no es el cambio, sino que aún no sabe cómo conectar los ciclos de sueño por sí mismo. Una vez que le enseñes esta habilidad, dormirá mucho mejor que antes.

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