Guía completa sobre la crisis de lactancia: Cómo identificarla y superarla sin estrés
De repente, un día, todo cambia. Tu bebé, que hasta ahora era un experto en la lactancia y comía con una calma angelical, se transforma. Llora en el pecho, lo suelta, se arquea hacia atrás, pide comer cada media hora y parece eternamente insatisfecho. Y tú, como madre, te llenas de dudas: «¿Tendré suficiente leche? ¿Le pasa algo? ¿Lo estaré haciendo bien?».
Tranquila, respira. Lo más probable es que estéis atravesando vuestra primera (o segunda, o tercera…) crisis de lactancia. También conocida como brote de crecimiento, es una de las etapas más desconcertantes de la lactancia materna, pero te aseguramos que es completamente normal y, lo más importante, tiene solución.
¿Qué es exactamente una crisis de lactancia?
Vamos a desmitificarlo desde el principio: una crisis de lactancia no significa que te estés quedando sin leche o que tu leche ya no alimente. ¡Todo lo contrario! Se trata de periodos en los que el bebé necesita aumentar la producción de leche para adaptarse a su rápido crecimiento.
Para conseguirlo, su instinto le dice que debe mamar con mucha más frecuencia e intensidad. Es su forma de «hacer un pedido más grande» a la fábrica. Tu cuerpo, que es sabio, responderá a esta mayor demanda produciendo más leche en unos pocos días. El problema es que, mientras esto ocurre, el proceso puede ser agotador y estresante tanto para ti como para tu pequeño.
Las crisis de lactancia más comunes: Fechas clave a conocer
Aunque cada bebé es un mundo, la mayoría de las crisis de lactancia se presentan en momentos muy concretos de su desarrollo. Conocerlas te ayudará a anticiparte y a entender qué está pasando.
La primera crisis (15-20 días de vida)
La primera suele pasar casi desapercibida. El bebé necesita asegurar un buen suministro de leche para el estirón que va a dar. Notarás que quiere estar «enganchado» casi todo el día. Es agotador, pero suele durar solo un par de días.
La famosa crisis de lactancia de las 6 semanas
Esta es una de las más conocidas y frustrantes. La crisis de lactancia 6 semanas llega con un cambio en el comportamiento del bebé que puede desconcertar mucho. No solo pide más a menudo, sino que se muestra nervioso mientras come: tira del pezón, llora, se arquea…
¿Por qué ocurre? A esta edad, tu leche cambia de sabor, volviéndose un poco más salada. Este cambio, aunque sutil, puede molestar al bebé. Además, el reflejo de eyección (la «salida» de la leche) puede tardar un poquito más en activarse, y tu bebé, que ahora es más impaciente, se enfada. La clave aquí es la paciencia y ofrecer el pecho a demanda sin dudar.
La crisis de los 3 meses: el mundo es demasiado interesante
Esta es, posiblemente, la crisis más larga y la que más dudas genera. De repente, tu bebé se distrae con cualquier cosa: una mosca que pasa, una sombra en la pared, la voz de su padre… Las tomas se acortan, el bebé se gira, suelta el pecho y parece que no quiere comer. Muchas madres piensan que su hijo está rechazando el pecho.
Además, es muy común que en esta etapa aparezca la temida frase: «mi bebé se despierta cada hora por la noche». Esto ocurre porque, al hacer tomas tan cortas e ineficaces durante el día, necesita recuperar esas calorías por la noche, cuando el ambiente es más tranquilo y aburrido.
¿Qué hacer?
* Busca entornos tranquilos: Amamanta en una habitación con poca luz y sin ruidos.
* Aprovecha el sueño: Ofrécele el pecho cuando esté medio dormido, ya que estará menos alerta a las distracciones.
* Confía: No dejes de ofrecerle el pecho. Sigue siendo su principal alimento.
Para más información sobre esta etapa, el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEPED) ofrece recursos muy valiosos.
El brote de crecimiento de los 6 meses
Justo cuando empiezas con la alimentación complementaria, puede aparecer un nuevo bache. El brote de crecimiento 6 meses se manifiesta con un aumento de la demanda, sobre todo por la noche. Algunos bebés pueden mostrar menos interés por los sólidos al principio, prefiriendo la seguridad y el consuelo del pecho.
Recuerda que hasta el año de vida, la leche (materna o de fórmula) sigue siendo el alimento principal. Los sólidos son, como su nombre indica, «complementarios».
¿Cómo superar las crisis de lactancia sin perder la calma?
Superar una crisis de lactancia es, en gran medida, un ejercicio de confianza y paciencia. Aquí tienes algunas estrategias que te ayudarán:
- Confía en tu cuerpo y en tu bebé: Repítelo como un mantra. Tu cuerpo es capaz de producir toda la leche que tu bebé necesita. Su comportamiento es instintivo y necesario para su crecimiento.
- Lactancia a demanda, ahora más que nunca: Olvídate del reloj. Ofrécele el pecho siempre que lo pida, por muy seguido que sea. Esta es la única forma de ajustar tu producción a sus nuevas necesidades.
- Cuídate mucho: Una madre agotada y estresada lo tiene más difícil. Pide ayuda, delega tareas, duerme cuando el bebé duerma (si puedes), come bien y, sobre todo, hidrátate muchísimo.
- Busca tu tribu: Hablar con otras madres que han pasado por lo mismo es increíblemente reconfortante. Busca grupos de apoyo a la lactancia en tu zona o en línea. Organizaciones como La Leche League International son una fuente inagotable de apoyo e información contrastada.
- Paciencia, paciencia y más paciencia: Las crisis son fases temporales. Suelen durar entre 2 y 7 días (excepto la de los 3 meses, que puede alargarse un poco más). Saber que tiene un final te ayudará a sobrellevarla mejor.
Recuerda, cada crisis superada es una victoria que refuerza vuestra lactancia y vuestro vínculo. Son baches en un camino maravilloso, señales de que tu bebé está creciendo sano y fuerte gracias a ti. Así que, la próxima vez que notes que «mi bebé se despierta cada hora» o que la crisis de lactancia 6 semanas llama a tu puerta, respira hondo, abraza a tu bebé y confía en el increíble poder de vuestro equipo. ¡Podéis con esto y con mucho más
Preguntas Frecuentes
Q: ¿Mi bebé se enfada en el pecho, significa que mi leche ya no le gusta o no le alimenta?
A: No, este comportamiento es una característica clásica de las crisis de crecimiento. El nerviosismo, el tirar del pezón o el llanto son la forma instintiva que tiene tu bebé de estimular una mayor producción de leche para su nueva etapa. No es un rechazo a ti ni a tu leche, sino una señal de que está trabajando para ajustar el suministro a su demanda. La paciencia es la clave.
Q: Durante una crisis, ¿es buena idea darle un biberón de ‘ayuda’ para que se calme y yo pueda descansar?
A: No es lo más recomendable. Las crisis se superan gracias al aumento de la succión del bebé, que es lo que le indica a tu cuerpo que debe producir más leche. Si se introduce un biberón, el pecho no recibe esa estimulación y el ajuste de la producción puede retrasarse o no producirse, alargando la crisis. La mejor estrategia es ofrecer el pecho sin restricciones y buscar apoyo para poder descansar.
Q: La crisis de los 3 meses se está alargando mucho y mi bebé come muy poco durante el día. ¿Debería preocuparme por su peso?
A: Es normal que durante la crisis de los 3 meses las tomas diurnas sean cortas y caóticas debido a las distracciones. Los bebés suelen compensarlo mamando más eficazmente por la noche o en momentos de somnolencia. Mientras tu bebé siga mojando pañales con regularidad (entre 5 y 6 al día) y su curva de peso sea ascendente según el pediatra, no hay motivo de preocupación. Si tienes dudas, una consulta con tu pediatra o una asesora de lactancia te dará tranquilidad.
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