¿Se puede elegir el sexo del bebé? Mitos y verdades que debes conocer
La gran pregunta. Esa que flota en el aire desde el momento en que dos rayitas rosas confirman la noticia: ¿será niño o niña? Para algunas parejas es pura curiosidad, parte de la magia de la espera. Para otras, existe una preferencia clara, un anhelo por tener un niño o una niña que complete su familia soñada.
Si estás leyendo esto, es probable que te hayas preguntado si hay algo que puedas hacer para inclinar la balanza. Internet está lleno de consejos, trucos de la abuela y teorías que prometen ayudarte a concebir el bebé del sexo que deseas. Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello?
Vamos a separar el grano de la paja. Como expertos en la materia, te guiaremos a través de los mitos más sonados y las verdades que la ciencia respalda. ¡Vamos al lío!
Mitos populares para elegir el sexo: ¿Funcionan de verdad?
Seamos sinceros: la mayoría de los métodos caseros para elegir el sexo del bebé tienen la misma base científica que un horóscopo. Son entretenidos, curiosos, pero no fiables. Aun así, ¿quién no ha oído hablar de ellos?
El método Shettles y el calendario de ovulación
Probablemente el método «casero» más famoso. Desarrollado en los años 60 por el doctor Landrum Shettles, se basa en una teoría sobre los espermatozoides. Según él:
- Los espermatozoides «masculinos» (Y) son más rápidos pero más frágiles y viven menos tiempo.
- Los espermatozoides «femeninos» (X) son más lentos pero más resistentes y longevos.
Partiendo de esta base, el método propone que para concebir un niño, las relaciones sexuales deben producirse lo más cerca posible de la ovulación. Para concebir una niña, deberían tener lugar entre 2 y 4 días antes de la ovulación.
¿La verdad? Aunque la teoría suena lógica, la evidencia científica que la respalda es muy débil. Múltiples estudios han intentado replicar sus resultados sin éxito. Es más una cuestión de azar que de planificación milimétrica.
La dieta mágica: ¿plátanos para niños y lácteos para niñas?
Otro clásico. La teoría dice que alterar el pH del cuerpo de la mujer a través de la alimentación puede favorecer a un tipo de espermatozoide sobre otro.
- Para tener un niño: Se recomienda una dieta rica en sodio y potasio (plátanos, patatas, carnes).
- Para tener una niña: Se sugiere una dieta rica en calcio y magnesio (lácteos, espinacas, almendras).
¿La verdad? No existe ninguna evidencia científica sólida que demuestre que la dieta de la madre pueda influir en el sexo del bebé. Nuestro cuerpo tiene mecanismos muy eficientes para regular su pH, y es muy poco probable que lo que comas lo altere lo suficiente como para afectar a los espermatozoides. Eso sí, llevar una dieta sana y equilibrada siempre es una gran idea durante la búsqueda del embarazo.
Posturas sexuales, tablas chinas y otras leyendas urbanas
Aquí entramos en el terreno de la pura especulación. Hay quien dice que las posturas que permiten una penetración más profunda favorecen la concepción de un niño (porque los espermatozoides Y, más rápidos, llegan antes). Otros confían ciegamente en la tabla china de género, un antiguo calendario que predice el sexo según la edad lunar de la madre y el mes de concepción.
¿La verdad? Ninguna de estas prácticas tiene respaldo científico. Son curiosidades culturales y anécdotas divertidas, pero fiarse de ellas para elegir el sexo de tu bebé es como lanzar una moneda al aire.
La ciencia detrás del sexo del bebé: Lo que sí funciona
Dejando a un lado los mitos, la ciencia sí ofrece métodos para seleccionar el sexo del bebé. Sin embargo, es crucial entender que son procedimientos médicos complejos, costosos y, en muchos países como España, están regulados legalmente. Generalmente, no se realizan por simple preferencia, sino por razones médicas.
El sexo del bebé lo determina el espermatozoide que fecunda el óvulo. El óvulo siempre aporta un cromosoma X. El espermatozoide puede aportar un cromosoma X (dando lugar a una niña, XX) o un cromosoma Y (dando lugar a un niño, XY). La clave, por tanto, está en el espermatozoide.
Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP)
Este es, a día de hoy, el único método 100% fiable para elegir el sexo del bebé. El DGP es una técnica que se realiza en el contexto de un tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV).
El proceso consiste en:
1. Obtener los óvulos de la madre y los espermatozoides del padre.
2. Fecundar los óvulos en el laboratorio para crear embriones.
3. Cuando los embriones tienen unos días de desarrollo, se les extrae una pequeña muestra de células para analizarlas genéticamente.
4. Este análisis permite detectar anomalías cromosómicas y, de paso, conocer el sexo de cada embrión (si es XX o XY).
5. Finalmente, se transfiere al útero de la madre el embrión sano del sexo deseado.
Importante: En España, la ley de reproducción asistida establece que la selección de sexo solo está permitida para evitar la transmisión de enfermedades genéticas graves ligadas al sexo, como la hemofilia o la distrofia muscular de Duchenne. No se puede realizar por simple elección o «razones sociales».
Dejando de lado la elección: ¿Y el sexo del bebé cuándo se sabe?
Quizás has llegado hasta aquí y has decidido que prefieres dejarlo en manos del destino. Pero la curiosidad sigue ahí. Entonces, la pregunta cambia: el sexo del bebe cuando se sabe durante el embarazo?
Existen varias formas de descubrirlo, cada una con sus propios plazos:
- Ecografía: Es el método más común. Normalmente, el sexo se puede ver con bastante fiabilidad en la ecografía de la semana 20. A veces, si el bebé está en una buena posición, se puede intuir en la ecografía de la semana 12, pero el margen de error es mucho mayor.
- Test Prenatal no Invasivo (TPNI): Es un análisis de sangre que se le hace a la madre a partir de la semana 10 de embarazo. Analiza el ADN fetal libre que circula en la sangre materna. Su objetivo principal es descartar anomalías cromosómicas como el Síndrome de Down, pero como efecto secundario, revela el sexo del bebé con una fiabilidad superior al 99%.
- Amniocentesis o Biopsia Corial: Son pruebas invasivas que se realizan solo cuando hay sospecha de problemas genéticos o cromosómicos. Consisten en obtener una muestra de líquido amniótico o de la placenta. Al analizar los cromosomas del bebé, se conoce su sexo con total certeza.
Mientras esperas a esa ecografía clave, empezarás a vivir otros momentos mágicos, como sentir los primeros movimientos fetales, que te conectan con tu bebé de una forma única, sin importar si es niño o niña. Esos pequeños aleteos y pataditas son el lenguaje universal del embarazo.
Lo importante: un bebé sano y feliz
La idea de elegir el sexo del bebé ha fascinado a la humanidad durante siglos. Si bien los mitos y los trucos caseros pueden ser divertidos, la realidad es que no tienen una base científica.
Las únicas opciones reales son médicas, complejas y reservadas para casos muy específicos. Para la inmensa mayoría, el sexo del bebé será una de las primeras grandes sorpresas que la vida nos regala.
Al final del día, más allá de lazos rosas o azules, lo que toda familia desea es un bebé sano, feliz y querido. La emoción de sentir sus movimientos fetales, de preparar su llegada y de verle la carita por primera vez es una aventura incomparable, sea niño o niña.
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Preguntas Frecuentes
Q: En resumen, ¿los métodos caseros como la dieta o el método Shettles funcionan para elegir el sexo?
A: No. No existe evidencia científica sólida que respalde la eficacia de los métodos caseros. Dietas específicas, el momento de la relación sexual (método Shettles) o las posturas no han demostrado influir en el sexo del bebé más allá del puro azar.
Q: ¿Cuál es el único método que sí funciona y en qué casos se puede usar en España?
A: El único método 100% fiable es el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), que se realiza durante un tratamiento de Fecundación in Vitro. En España, su uso para seleccionar el sexo está restringido por ley y solo se permite para evitar la transmisión de enfermedades genéticas graves ligadas al sexo.
Q: Dejando de lado la elección, ¿cuándo puedo saber de forma fiable si será niño o niña?
A: La forma más temprana y fiable es el Test Prenatal no Invasivo (TPNI), un análisis de sangre a la madre que se puede hacer desde la semana 10 con más del 99% de precisión. El método más común, la ecografía, suele determinar el sexo con claridad en la revisión de la semana 20.
