«Cada niño es un mundo y tiene su propio ritmo». Seguro que has oído esta frase mil veces, y es totalmente cierta. Sin embargo, cuando se trata del desarrollo del lenguaje, es normal que como padres nos surjan dudas y, a veces, cierta inquietud. ¿Estará todo bien? ¿Por qué el hijo de mi amiga ya dice frases y el mío apenas balbucea?
La línea entre «llevar su propio ritmo» y un posible retraso del lenguaje a veces es difusa. Lo primero y más importante: respira. Comparar constantemente no ayuda, pero estar informado sí. Saber identificar ciertas señales de alerta te dará la tranquilidad de actuar a tiempo si es necesario. Y aquí es donde la figura del logopeda infantil se convierte en tu mejor aliado.
¿Qué es exactamente un retraso del lenguaje?
Antes de entrar en pánico, es crucial entender la diferencia. No es lo mismo un problema de articulación (pronunciar mal la «r», por ejemplo) que un retraso del lenguaje. Este último es más amplio y se refiere a que el niño o la niña adquiere las habilidades del lenguaje más tarde de lo esperado para su edad, tanto a nivel de comprensión (lo que entiende) como de expresión (lo que es capaz de decir).
Un diagnóstico a tiempo es clave, porque la intervención temprana ofrece resultados fantásticos.
Señales de alerta: ¿En qué debería fijarme?
El desarrollo del lenguaje sigue unos hitos más o menos predecibles. Aunque hay margen para la variación individual, estas son algunas de las señales que, según los expertos, deberían animarte a consultar con un especialista.
Hitos clave entre los 12 y 18 meses
A esta edad, la comunicación no verbal es tan importante como las primeras palabras. Una señal de alerta podría ser que tu peque:
- No señala para pedir cosas o mostrar algo que le interesa.
- No responde a su nombre.
- No utiliza gestos como decir adiós con la mano o negar con la cabeza.
- Hacia los 18 meses, no dice ninguna palabra con significado (como «mamá», «papá» o «agua»).
A los 2 años
Esta es una etapa de explosión del vocabulario. La mayoría de los niños ya son capaces de construir pequeñas frases. Deberías plantearte una consulta si tu hijo:
- No combina dos palabras para formar frases sencillas («mamá agua», «coche no»).
- Tiene un vocabulario muy limitado (menos de 20-30 palabras).
- No sigue instrucciones simples de un solo paso («dame el coche»).
- Su lenguaje se basa principalmente en la repetición de lo que oye (ecolalia) sin un fin comunicativo.
A los 3 años
A esta edad, su habla ya debería ser comprensible para personas fuera del núcleo familiar cercano. Las señales a las que prestar atención son:
- Su habla es muy difícil de entender para los demás.
- No construye frases de tres o más palabras.
- No utiliza plurales ni verbos simples.
- Parece frustrarse mucho cuando intenta comunicarse y no lo consigue.
A los 4-5 años
El lenguaje ya es mucho más complejo y se parece al de un adulto en estructura, aunque con errores típicos de la edad. Es un buen momento para consultar a un logopeda infantil si:
- Sigue teniendo muchos problemas para pronunciar ciertos sonidos y su habla es ininteligible.
- No es capaz de contar una historia sencilla o describir lo que ha hecho en el cole.
- Su estructura de frases es muy simple o incorrecta de forma sistemática.
- Tiene dificultades para responder a preguntas de «quién», «qué» o «dónde».
¿Qué puedo hacer en casa para estimular el lenguaje?
Independientemente de si decides consultar a un profesional o no, siempre puedes estimular el lenguaje de tu hijo en el día a día. No se trata de «darle clase», sino de integrar la comunicación en vuestras rutinas de forma natural y divertida.
- Lee con él todos los días: Los cuentos son una fuente inagotable de vocabulario y estructuras gramaticales. Señala los dibujos, haz las voces de los personajes, ¡diviértete!
- Habla, habla y habla: Narra lo que estáis haciendo. «Ahora vamos a ponernos los zapatos rojos para ir al parque». «Mira, ¡un perro grande!».
- Juega: El juego simbólico (cocinitas, médicos, coches) es un campo de entrenamiento fantástico para el lenguaje.
- No corrijas, reformula: Si dice «apo» en lugar de «sapo», en vez de decir «así no se dice», puedes responderle: «¡Sí, mira qué sapo tan verde!». Le das el modelo correcto sin crearle frustración.
Para más información sobre los hitos del desarrollo, puedes consultar fuentes de confianza como la web EnFamilia de la Asociación Española de Pediatría, que ofrece guías muy claras para los padres.
El papel del logopeda infantil: tu gran aliado
Si después de leer esto sigues teniendo dudas, el siguiente paso es sencillo: pide una valoración. Un logopeda infantil es un profesional especializado que evaluará el desarrollo comunicativo y lingüístico de tu hijo a través del juego.
Lejos de ser un proceso intimidante, la terapia logopédica es divertida y eficaz. El logopeda no solo trabajará con tu peque, sino que también os dará a vosotros, los padres, pautas y herramientas para estimular el lenguaje en casa y convertiros en los mejores coterapeutas.
Recuerda, tu instinto como padre o madre es muy poderoso. Si algo te preocupa, es motivo suficiente para consultar. Es mucho mejor una visita al logopeda infantil que termine con un «todo está perfecto, solo necesita un poco más de tiempo» que quedarse con la duda y perder un tiempo valiosísimo para la intervención.
Preguntas Frecuentes
Q: Mi hijo pronuncia mal algunas letras, como la ‘r’ o la ‘s’. ¿Significa que tiene un retraso del lenguaje?
A: No necesariamente. Las dificultades para pronunciar sonidos específicos se conocen como problemas de articulación y son muy comunes. Un retraso del lenguaje es más amplio e implica dificultades en la adquisición de vocabulario, la construcción de frases o la comprensión. Un logopeda puede determinar si se trata de una dificultad de articulación típica de la edad o si hay algo más que evaluar.
Q: Tengo dudas sobre el habla de mi hijo. ¿Debo ir primero al pediatra o puedo contactar directamente a un logopeda?
A: Ambos caminos son válidos. Puedes compartir tus inquietudes con tu pediatra, quien valorará el desarrollo general del niño y puede derivarte a un especialista. Sin embargo, también puedes pedir una valoración directamente a un logopeda infantil, que es el profesional especializado en evaluar y tratar todas las áreas de la comunicación y el lenguaje.
Q: Mi hijo ya tiene 4 años y presenta varias de las señales de alerta. ¿Es demasiado tarde para consultar a un logopeda?
A: No, en absoluto. Nunca es tarde para buscar ayuda y mejorar las habilidades de comunicación. Aunque la intervención temprana es muy beneficiosa, los niños de 4 o 5 años tienen una gran capacidad de aprendizaje y pueden lograr avances enormes con la terapia logopédica adecuada. Una evaluación a tiempo permitirá crear un plan de trabajo eficaz para él.
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