Tranquila, respira hondo. Estás en uno de los momentos más intensos y maravillosos de tu vida, la lactancia, y de repente, mientras te duchas o das el pecho, notas algo: un bulto en el pecho. La primera reacción de casi todas las madres es el susto, y es completamente normal. La mente se nos puede ir a los peores escenarios, pero la realidad es que, durante la lactancia, la aparición de bultos es bastante frecuente y casi siempre tiene una explicación benigna y solucionable.
En este artículo vamos a desgranar las causas más habituales para que puedas identificar qué te está pasando y, sobre todo, para que sepas cuándo es el momento de levantar el teléfono y llamar a tu médico o matrona.
Las causas más comunes de un bulto en el pecho durante la lactancia
Tu pecho ahora mismo es una increíble fábrica de alimento que trabaja 24/7. Con tanto ajetreo, a veces surgen pequeños «problemas técnicos». Estos son los más habituales.
El famoso conducto obstruido
Imagina los conductos por los que viaja la leche como pequeñas tuberías. A veces, una de ellas se atasca. Esto es un conducto obstruido.
- ¿Qué sientes? Notarás un bulto en el pecho que puede ser pequeño como un guisante o más grande, sensible y doloroso al tacto. La piel de la zona puede estar un poco enrojecida, pero no sueles tener fiebre ni sentirte como si tuvieras la gripe.
- ¿Por qué pasa? Puede deberse a que el bebé no ha vaciado bien el pecho, a la presión de un sujetador muy apretado o incluso a dormir boca abajo.
- ¿Qué hacer? La clave es desatascar el conducto.
- Sigue dando el pecho: ¡No dejes de ofrecer ese pecho! De hecho, ofrécelo primero. Intenta colocar la barbilla del bebé apuntando hacia el bulto para que su succión sea más efectiva en esa zona.
- Aplica calor húmedo: Una ducha caliente o compresas tibias antes de la toma pueden ayudar a que la leche fluya mejor.
- Masajea con suavidad: Mientras el bebé mama o te extraes leche, masajea la zona desde detrás del bulto hacia el pezón.
Normalmente, un conducto obstruido se resuelve en 24-48 horas con estas medidas. Si no lo hace, podría derivar en lo que te contamos a continuación.
Galactocele: un «quiste» de leche
Suena más serio de lo que es. Un galactocele no es más que un conducto que se ha obstruido y se ha encapsulado, formando un pequeño quiste lleno de leche.
- ¿Qué sientes? Es un bulto redondo, liso y que se puede mover un poco bajo la piel. Generalmente no es doloroso, a no ser que se inflame.
- ¿Qué hacer? A menudo desaparecen por sí solos al terminar la lactancia. Sin embargo, siempre que notes un bulto que no desaparece, debes consultarlo con tu médico para que lo diagnostique correctamente, a veces con una simple ecografía.
Tengo un bulto en el pecho: ¿Es mastitis?
Aquí llegamos a la palabra que más preocupa a las madres lactantes: la mastitis. Es importante saber reconocerla, porque a diferencia de un conducto obstruido, a menudo requiere atención médica.
¿Qué es exactamente la mastitis?
La mastitis es la inflamación del tejido mamario. A veces, esta inflamación va acompañada de una infección bacteriana. Suele empezar por un conducto que no se ha drenado bien, lo que provoca una retención de leche que inflama el tejido de alrededor.
Principales mastitis sintomas a los que prestar atención
Si sospechas que tienes mastitis, no te fijes solo en el bulto en el pecho. Los mastitis sintomas son bastante característicos y te darán la pista definitiva. Piensa en ellos como los síntomas de una gripe, pero localizados en tu pecho.
- Dolor intenso y calor: La zona del bulto no solo duele, sino que está caliente al tacto y visiblemente roja, a menudo en forma de cuña.
- Fiebre alta: Es muy común tener fiebre de 38.5 ºC o más.
- Malestar general: Te sientes fatal, como si te hubiera arrollado un tren. Tienes escalofríos, dolor de cuerpo y un agotamiento extremo.
- El bulto es duro y doloroso y no se alivia significativamente después de la toma.
Si tienes un bulto acompañado de fiebre y este malestar general, es muy probable que tengas mastitis.
¿Cómo se trata la mastitis?
Lo primero: llama a tu médico o matrona. Es muy probable que necesites antibióticos si hay una infección bacteriana, y solo un profesional puede recetártelos. Mientras esperas la consulta, puedes seguir estas recomendaciones, que también son parte fundamental del tratamiento:
- ¡NO dejes de amamantar de ese pecho! Sé que duele, pero es crucial seguir drenando la mama para resolver la obstrucción que causó el problema. Retirar la leche es la mejor medicina.
- Descansa todo lo que puedas. Tu cuerpo está luchando contra una inflamación/infección y necesita reposo. Delega todo lo que puedas y métete en la cama con tu bebé.
- Aplica frío después de las tomas. A diferencia del conducto obstruido, aquí el frío (como una bolsa de guisantes congelados envuelta en un paño) te ayudará a bajar la inflamación y aliviar el dolor entre tomas.
- Hidrátate y come bien. Bebe mucha agua y aliméntate para darle a tu cuerpo la energía que necesita.
Para más información detallada sobre el manejo de la mastitis, la Asociación Española de Pediatría (AEPED) ofrece guías muy claras y fiables para las familias.
Cuándo debes consultar a tu médico sin dudarlo
La regla de oro es: ante la duda, consulta. Tu tranquilidad no tiene precio. Pero hay ciertas señales de alarma que hacen que la visita al médico sea obligatoria:
- Si tienes fiebre y malestar general (posibles mastitis sintomas).
- Si el bulto en el pecho no mejora o desaparece en 24-48 horas a pesar de tus esfuerzos.
- Si el bulto crece rápidamente.
- Si la piel del pecho cambia de aspecto (se arruga, aparece la «piel de naranja»).
- Si el bulto no duele, es duro, irregular y no se mueve.
Encontrar un bulto en el pecho durante la lactancia es una experiencia que genera mucha ansiedad, pero como has visto, la mayoría de las veces se debe a «atascos» de leche fáciles de solucionar. Aprender a diferenciar un simple conducto obstruido de una mastitis es clave para actuar a tiempo.
Confía en tu cuerpo y en tu instinto. Y recuerda, no estás sola. Tu matrona, tu médico o un grupo de apoyo a la lactancia son tus mejores aliados en este camino. ¡Mucho ánimo
Preguntas Frecuentes
Q: ¿Cuál es la diferencia principal entre un conducto obstruido y una mastitis?
A: Un conducto obstruido es un bulto doloroso y localizado, a veces con algo de enrojecimiento, pero no te sientes enferma. En cambio, la mastitis, además del bulto rojo y caliente, provoca síntomas generales como fiebre alta, escalofríos y un malestar corporal intenso, similar a una gripe.
Q: ¿Es seguro seguir amamantando si tengo un bulto doloroso o mastitis?
A: Sí, no solo es seguro, sino que es fundamental. Continuar amamantando del pecho afectado es la mejor manera de drenar la leche, desatascar el conducto y resolver el problema. La leche es completamente segura para tu bebé.
Q: Tengo un bulto pero no me duele y no tengo fiebre, ¿debo preocuparme?
A: Un bulto que no duele, es liso y se mueve podría ser un galactocele (quiste de leche), que suele ser inofensivo. Sin embargo, cualquier bulto que no desaparece por sí solo en un par de días debe ser evaluado por un médico para obtener un diagnóstico correcto y descartar otras causas.