Reflejo de Moro en Bebés: 5 Trucos para que Duerma Mejor

Reflejo de Moro en Bebés: 5 Trucos para que Duerma Mejor

Seguro que te suena esta escena: después de acunar, cantar y mimar a tu bebé hasta que por fin se duerme profundamente, lo dejas con el máximo cuidado en su cuna. Te retiras de puntillas, conteniendo la respiración, y justo cuando crees que lo has conseguido… ¡ZAS! Tu pequeño da un respingo, abre los brazos como si se cayera al vacío y se despierta llorando.

Si esto te ocurre noche sí y noche también, que no cunda el pánico. Lo más probable es que el culpable sea el famoso reflejo de Moro. Es algo completamente normal, pero puede ser agotador para toda la familia. La buena noticia es que hay formas de gestionarlo para que todos podáis descansar. ¡Te contamos 5 trucos que funcionan!

¿Qué es exactamente el reflejo de Moro y por qué despierta a mi bebé?

Antes de buscar soluciones, es importante entender qué está pasando. El reflejo de Moro, también conocido como reflejo de sobresalto, es una respuesta involuntaria que tienen los recién nacidos ante un estímulo repentino. Puede ser un ruido fuerte, un cambio brusco de posición o incluso la sensación de caer que experimentan al dejarles en la cuna.

Cuando esto ocurre, el bebé reacciona en dos fases:
1. Extiende los brazos y las piernas hacia los lados y arquea la espalda.
2. Inmediatamente después, recoge los brazos sobre el pecho, como si se diera un abrazo.

Este movimiento es un vestigio de nuestros ancestros, un mecanismo de supervivencia que les ayudaba a aferrarse a su madre. Aunque es una señal de que el sistema nervioso de tu bebé se está desarrollando correctamente, el problema es que ese sobresalto es tan brusco que casi siempre le despierta.

Como explica la Asociación Española de Pediatría (AEPED), este reflejo suele desaparecer por sí solo entre los 3 y los 6 meses de edad. Mientras tanto, podemos aplicar algunas estrategias para minimizar su impacto.

5 trucos para calmar el reflejo de Moro y mejorar el sueño

Aquí tienes cinco técnicas sencillas y efectivas para ayudar a tu bebé (y a ti) a dormir más y mejor, a pesar del reflejo de Moro.

1. El arrullo o «swaddle»: el abrazo que necesita

Arrullar al bebé, o hacerle un «swaddle», es una técnica milenaria que consiste en envolverlo de forma segura en una muselina o mantita fina. Al hacerlo, recreamos la sensación de contención y seguridad que sentía en el útero.

¿Por qué funciona? Al mantener sus bracitos pegados al cuerpo, el arrullo evita que el movimiento brusco del reflejo de Moro le despierte. Es como darle un abrazo constante que le calma y le ayuda a conectar sus ciclos de sueño.

Un consejo importante: asegúrate de que el arrullo sea firme pero no apretado, dejando espacio para que pueda mover las caderas y las piernas libremente para un desarrollo saludable. Debes dejar de arrullarlo en cuanto empiece a mostrar signos de que quiere girarse por sí mismo.

2. El saco de dormir para bebé: la transición perfecta

Cuando el bebé ya es demasiado grande para el arrullo o empieza a girarse, el saco de dormir para bebé es tu mejor aliado. Es una especie de mantita portátil que no se puede quitar con las patadas, lo que garantiza que el bebé esté abrigado y seguro toda la noche, sin el riesgo de que una manta suelta le cubra la cara.

Un buen saco de dormir para bebé le proporciona esa misma sensación de confort y seguridad que el arrullo, pero dándole libertad de movimiento. Aunque no impide el reflejo de Moro por completo, el ligero peso y la contención del tejido ayudan a que el sobresalto sea menos intenso. Además, utilizar un saco de dormir para bebé es una de las recomendaciones clave para un entorno de sueño seguro y prevenir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante, como indica la guía de la AEP sobre el tema.

3. Respeta las ventanas de sueño para evitar el sobrecansancio

¿Has oído hablar de las ventanas de sueño? Se refieren al tiempo máximo que un bebé puede estar despierto y tranquilo entre una siesta y otra. Si superamos ese tiempo, el bebé se «sobrecansa». Su cuerpo empieza a liberar cortisol, la hormona del estrés, lo que hace que le cueste mucho más conciliar el sueño y que este sea más ligero e interrumpido.

Un bebé sobrecansado es mucho más sensible a los estímulos y, por tanto, tendrá un reflejo de Moro más exagerado. Aprender a identificar las señales de sueño de tu bebé (bostezos, se frota los ojos, está más irritable) y acostarle respetando sus ventanas de sueño es crucial.

Para un recién nacido, las ventanas de sueño pueden ser de solo 45-60 minutos. Conocer estos ritmos te ayudará a establecer una rutina que favorezca un descanso reparador y minimice los despertares bruscos.

4. Ruido blanco: el sonido del útero

El mundo exterior puede ser muy silencioso en comparación con el útero, donde el bebé escuchaba constantemente el latido de tu corazón, el flujo de la sangre y los sonidos digestivos. El silencio absoluto puede hacer que cualquier pequeño ruido (el crujido del parqué, el perro del vecino) active el reflejo de Moro.

El ruido blanco es un sonido monótono y constante que enmascara esos ruidos repentinos. Puedes usar una máquina específica de ruido blanco, un ventilador (sin que le dé el aire directamente) o incluso apps en el móvil. Este sonido constante le relaja y le ayuda a permanecer dormido.

Recuerda: Mantén el volumen a un nivel seguro, no más alto que el de una ducha, y coloca la fuente de sonido a una distancia prudencial de la cuna.

5. La técnica de la «mano pesada» y los movimientos lentos

A veces, el reflejo de Moro se activa justo en el momento de la «transferencia» a la cuna. Para evitarlo, prueba esta técnica:

  1. Cuando vayas a acostar a tu bebé ya dormido, hazlo muy despacio.
  2. Deposita primero sus pies en el colchón, luego el culete y, por último, la cabeza.
  3. Una vez acostado, deja tu mano sobre su pecho durante unos minutos, aplicando una presión muy suave y tranquilizadora. Esta «mano pesada» le da seguridad y evita la sensación de caída.
  4. Retira tu mano también muy lentamente cuando sientas que está completamente relajado.

Paciencia y constancia: la clave del éxito

Lidiar con los despertares nocturnos es uno de los mayores retos de la maternidad y paternidad. Recuerda que el reflejo de Moro es una fase temporal y una señal de que tu bebé está sano.

Prueba a combinar estos trucos: envuélvelo bien, utiliza un saco de dormir para bebé cuando crezca, vigila de cerca sus ventanas de sueño y crea un ambiente tranquilo con ruido blanco. Con un poco de paciencia y constancia, encontrarás la fórmula que mejor funcione para tu pequeño y, poco a poco, las noches volverán a ser para dormir. ¡Mucho ánimo

Preguntas Frecuentes

Q: Mi bebé tiene casi 6 meses y todavía tiene el reflejo de Moro. ¿Debería preocuparme?

A: El rango de 3 a 6 meses es una guía general, y cada bebé se desarrolla a su propio ritmo. Si el reflejo parece estar disminuyendo en intensidad y no notas otras señales de alerta en su desarrollo, es probable que esté dentro de la normalidad. No obstante, si tienes cualquier duda sobre el desarrollo de tu bebé, lo mejor es siempre consultarlo con tu pediatra para quedarte tranquilo.

Q: Mi bebé odia el arrullo (swaddle), ¿puedo usar directamente un saco de dormir para bebé?

A: Sí, por supuesto. Aunque el arrullo es muy efectivo para muchos recién nacidos, no a todos los bebés les gusta sentirse tan sujetos. Un saco de dormir para bebé es una alternativa excelente y segura desde el primer día, ya que ofrece contención y calor sin restringir tanto sus movimientos.

Q: ¿Es seguro usar ruido blanco toda la noche?

A: Sí, es seguro siempre que se mantenga a un volumen moderado (no más alto que el de una ducha) y la fuente de sonido se coloque a una distancia prudencial de la cuna, no justo al lado de la cabeza del bebé. El ruido blanco ayuda a enmascarar sonidos bruscos que podrían despertarlo.

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