«¿Será niño o niña?». Esta es, sin duda, una de las primeras y más emocionantes preguntas que surgen cuando una pareja espera un bebé. Aunque para la mayoría lo más importante es que el bebé llegue sano, la curiosidad (y a veces el deseo de equilibrar la familia) lleva a muchos a preguntarse: ¿se puede elegir el sexo del bebé?
La respuesta corta es que sí, es científicamente posible, pero no de la forma en que probablemente imaginas. Olvídate de los trucos de la abuela y los calendarios milenarios. La realidad es mucho más compleja y está ligada a la ciencia y a la legislación.
En este artículo vamos a desmitificar todo lo que rodea a la elección del sexo del bebé. Separaremos el grano de la paja y te contaremos las verdades que debes conocer.
Los mitos populares para elegir el sexo: ¿Funcionan?
Durante siglos, han circulado todo tipo de remedios caseros y teorías para intentar influir en si el futuro bebé será niño o niña. Seamos sinceros, todos hemos oído alguno.
- La dieta: ¿Comer plátanos y alimentos salados para tener un niño? ¿O lácteos y dulces para una niña? Aunque una buena alimentación es clave en el embarazo, no existe ninguna evidencia científica que demuestre que lo que comes pueda determinar el sexo de tu bebé.
- Las posturas sexuales: Otro clásico. Ciertas posturas supuestamente favorecen que los espermatozoides «masculinos» (Y), más rápidos pero menos resistentes, lleguen antes al óvulo. De nuevo, es pura especulación sin base científica.
- El método Shettles: Este método se basa en programar las relaciones sexuales según el ciclo de ovulación. Sugiere que para tener un niño, el coito debe ser lo más cercano posible a la ovulación, y para una niña, unos días antes. Aunque suena más «científico», su efectividad es muy controvertida y no está demostrada.
- El calendario chino de embarazo: Una tabla milenaria que predice el sexo basándose en la edad lunar de la madre y el mes de la concepción. Es divertido como juego, pero su fiabilidad es la misma que lanzar una moneda al aire: un 50%.
En resumen: ninguno de estos métodos caseros tiene el respaldo de la ciencia. El sexo del bebé lo determina el espermatozoide que fecunda el óvulo (si lleva el cromosoma X será niña, si lleva el Y será niño), y esto es un proceso completamente aleatorio.
La ciencia real: ¿Cómo se puede elegir el sexo del bebé?
Aquí es donde entramos en el terreno de la medicina y los tratamientos de fertilidad. Actualmente, la única forma fiable de seleccionar el sexo de un futuro embrión es a través de técnicas de reproducción asistida muy específicas.
Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP o PGD)
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) es la técnica estrella y la única que ofrece una fiabilidad cercana al 100%. Pero, ¡ojo!, no es un procedimiento sencillo ni accesible para todo el mundo.
El DGP se realiza siempre dentro de un ciclo de Fecundación in Vitro (FIV). El proceso es el siguiente:
1. La mujer se somete a una estimulación ovárica para producir varios óvulos.
2. Los óvulos se extraen y se fecundan en el laboratorio con los espermatozoides de la pareja.
3. Se deja que los embriones resultantes se desarrollen durante unos días.
4. Se extrae una célula de cada embrión para analizar su información genética, incluyendo los cromosomas sexuales (XX para niña, XY para niño).
5. Finalmente, se selecciona y transfiere al útero de la madre el embrión del sexo deseado y que, además, está genéticamente sano.
Ahora bien, en España, la ley es muy clara. Según la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida, la elección del sexo por razones sociales o «a la carta» está prohibida. El DGP solo se autoriza para fines terapéuticos, es decir, para evitar la transmisión de enfermedades genéticas graves ligadas a los cromosomas sexuales, como la hemofilia o la distrofia muscular de Duchenne, que afectan predominantemente a un sexo.
El papel de la inseminación artificial y otros tratamientos de fertilidad
Es muy común que la gente confunda los diferentes procedimientos. Por eso, es importante aclarar el papel de la inseminación artificial. La inseminación artificial es un tratamiento de fertilidad más sencillo en el que se introduce una muestra de semen, previamente capacitada en el laboratorio, directamente en el útero de la mujer para aumentar las posibilidades de fecundación.
Sin embargo, la inseminación artificial estándar no permite elegir el sexo del bebé. Simplemente facilita el encuentro entre espermatozoides y óvulo, pero la selección natural sigue su curso.
Existen otras técnicas como el «sperm sorting» (selección de esperma), que intentan separar los espermatozoides portadores del cromosoma Y de los que llevan el X, pero su eficacia es limitada y no se usan de forma generalizada en las clínicas españolas para este fin por las mismas razones legales. Por tanto, cuando hablamos de elegir el sexo, nos referimos casi exclusivamente al DGP dentro de un ciclo de FIV, uno de los tratamientos de fertilidad más complejos.
Y si no se elige, ¿sexo del bebé cuándo se sabe?
Para la gran mayoría de padres que dejan que la naturaleza decida, llega el momento de la gran revelación. La pregunta del millón es: sexo del bebe cuando se sabe?
Existen principalmente dos formas fiables de saberlo durante el embarazo:
- La ecografía morfológica: Es la más común. Se realiza en torno a la semana 20 de gestación. En esta ecografía, el especialista revisa toda la anatomía del feto para comprobar que todo va bien y, si el bebé está en una buena posición, se pueden visualizar los genitales y confirmar si es niño o niña.
- Test Prenatal No Invasivo (TPNI): Es un análisis de sangre que se puede realizar a la madre a partir de la semana 10 de embarazo. Este test analiza el ADN del feto que circula en la sangre materna para detectar posibles anomalías cromosómicas (como el síndrome de Down). Como beneficio añadido, al analizar los cromosomas, revela el sexo del bebé con una altísima fiabilidad y mucho antes que la ecografía.
Conclusión: Lo importante es la salud y la felicidad
La idea de poder elegir el sexo del bebé ha fascinado a la humanidad durante generaciones, dando lugar a un sinfín de mitos. Hoy, la ciencia nos demuestra que, si bien es técnicamente posible mediante avanzados tratamientos de fertilidad, es un camino complejo, costoso y legalmente restringido a casos médicos muy concretos en países como España.
Para la mayoría, la llegada de un hijo o una hija seguirá siendo una de las sorpresas más bonitas de la vida. Al final del día, más allá de lazos rosas o azules, lo que todos los padres desean es un bebé sano, feliz y querido. Y esa, sin duda, es la única verdad que importa.
Preguntas Frecuentes
Q: Entonces, ¿puedo ir a una clínica en España y pagar para elegir si quiero tener un niño o una niña?
A: No. La legislación española prohíbe la selección de sexo por motivos personales o sociales. El único método fiable, el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), solo está autorizado por ley para fines terapéuticos, como prevenir la transmisión de enfermedades genéticas graves ligadas al sexo.
Q: ¿Realmente no funciona ninguno de los métodos caseros como la dieta, el calendario chino o las posturas?
A: No. Ninguno de estos métodos tiene respaldo científico. El sexo del bebé lo determina el espermatozoide (X o Y) que fecunda el óvulo, un proceso que es esencialmente aleatorio. La fiabilidad de estos trucos es del 50%, lo mismo que lanzar una moneda al aire.
Q: Si no elijo, ¿cuándo es lo más pronto que puedo saber el sexo del bebé de forma fiable durante el embarazo?
A: La forma más temprana es a partir de la semana 10 de gestación mediante el Test Prenatal No Invasivo (TPNI), que es un análisis de sangre. Más adelante, se puede saber con la ecografía morfológica que se realiza en torno a la semana 20.
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