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    Cesta de los Tesoros: El Juego Sensorial para las Primeras Palabras del Bebé

    ¿Estás en esa fase mágica en la que tu bebé empieza a explorar el mundo con una curiosidad insaciable? Lo toca todo, se lo lleva todo a la boca y cada día es una nueva aventura. Si buscas una actividad que acompañe este despertar al mundo de una forma respetuosa y estimulante, tengo algo para ti: la cesta de los tesoros.

    Olvídate de juguetes con mil luces y sonidos. A veces, la magia está en lo más simple. Y esta cesta es la prueba.

    ¿Qué es exactamente la Cesta de los Tesoros?

    Es mucho más que una simple caja con cosas. La cesta de los tesoros es una propuesta de juego sensorial pensada para bebés que ya se mantienen sentados pero que todavía no se desplazan por sí mismos (normalmente, entre los 6 y los 12 meses).

    La idea es ofrecerles una cesta baja y estable, preferiblemente de un material natural como el mimbre, llena de objetos cotidianos y seguros que puedan explorar libremente. No son juguetes, sino «tesoros» del mundo real.

    Esta genialidad fue desarrollada por la pedagoga Elinor Goldschmied, una experta en la infancia que defendía la importancia del juego libre y autónomo. Su enfoque se basaba en la observación y en proporcionar a los niños los materiales adecuados para que descubrieran el mundo por sí mismos. Puedes leer más sobre su valiosa aportación a la educación infantil en portales especializados como EducaPeques.

    Beneficios de la Cesta de los Tesoros para tu bebé

    Puede que parezca un juego muy sencillo, pero sus beneficios son enormes. No solo es una fuente de entretenimiento, sino una herramienta potentísima para su desarrollo.

    Estimulación sensorial a tope

    Cada objeto de la cesta es una invitación a explorar con los cinco sentidos.
    * Tacto: La suavidad de una pluma, la rugosidad de una piña, el frío del metal de una cuchara…
    * Olfato: El olor de una naranja, de un trozo de tela con lavanda o de la madera.
    * Oído: El sonido de unas llaves, el crujido de un papel de horno o el tintineo de unas anillas de cortina.
    * Vista: Diferentes formas, colores naturales y brillos.
    * Gusto: ¡Por supuesto! Los bebés exploran con la boca, así que todos los objetos deben ser seguros para chupar y morder.

    Un empujón para las primeras palabras del bebé

    ¿Y cómo ayuda todo esto al lenguaje? Mientras tu bebé explora, tú puedes sentarte a su lado y nombrar lo que hace y siente. Poner palabras a sus sensaciones es el primer paso para construir su vocabulario.

    Frases como «¡Qué fría está la cuchara!», «Esa piña pincha un poquito», o «¿Oyes cómo suenan las llaves?» conectan la experiencia sensorial con el lenguaje. Así, tu peque empieza a asociar sonidos y palabras con objetos y sensaciones reales. Este es un pilar fundamental para la aparición de las primeras palabras del bebé.

    Fomenta la concentración y la autonomía

    Con la cesta de los tesoros, no hay una forma «correcta» de jugar. El bebé decide qué objeto coger, cuánto tiempo dedicarle y qué hacer con él. Esto fomenta su capacidad de concentración y le da una sensación de autonomía y confianza muy valiosa.

    Cómo crear tu propia Cesta de los Tesoros en casa

    ¡Manos a la obra! Preparar una es muy fácil y económico.

    Elige la cesta perfecta

    Busca una cesta de mimbre, tela o cualquier material natural. Debe ser bajita, de base ancha para que no vuelque y sin asas largas donde el bebé pueda enredarse.

    ¡A buscar tesoros! Ideas de objetos seguros

    Aquí viene lo divertido. Rebusca por casa objetos variados, siempre pensando en la seguridad: que no sean tóxicos, que no se puedan romper en trozos pequeños y que sean lo suficientemente grandes para que no se los pueda tragar.

    Aquí tienes algunas ideas por categorías:

    • Objetos naturales: Piñas grandes, una naranja, un limón, conchas marinas grandes y lisas, una piedra de río grande y suave.
    • Objetos de madera: Cucharas de palo, anillas de cortina, un cepillo de dientes de bambú, un trozo de corcho.
    • Objetos de metal: Un manojo de llaves (¡bien limpias!), un batidor pequeño, cucharas de diferentes tamaños, un molde de flan.
    • Objetos de tela, piel o goma: Un monedero de cuero, un ovillo de lana, retales de tela con diferentes texturas (seda, borreguito, vaquero), un cepillo de uñas de cerdas naturales.

    La clave es la variedad. Intenta incluir entre 30 y 50 objetos al principio e ve rotándolos cada cierto tiempo para mantener vivo el interés.

    Del descubrimiento al lenguaje: El Juego Heurístico

    Cuando tu bebé empiece a gatear y a caminar, la cesta de los tesoros evolucionará de forma natural hacia lo que se conoce como juego heurístico.

    El juego heurístico es la siguiente fase. Consiste en ofrecerle una gran cantidad de los mismos objetos de la cesta, junto con diferentes contenedores (cajas, botes, tubos) para que pueda experimentar con ellos: meter, sacar, apilar, tapar, destapar… Es un juego de combinación y clasificación que sigue estimulando su lógica y, por supuesto, su lenguaje.

    Así que ya ves, una simple cesta puede convertirse en la mejor aliada para acompañar a tu bebé en el increíble viaje de descubrir el mundo y sus primeras palabras. ¡A disfrutar de la magia