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  • Economía de Fichas en Casa: Enseña Ahorro y Esfuerzo Jugando

    Economía de Fichas en Casa: Enseña Ahorro y Esfuerzo Jugando

    ¿Sientes que te pasas el día repitiendo las mismas frases? «¡Recoge tu cuarto!», «¡Haz los deberes!», «¡Ayuda a poner la mesa!». A veces, educar se parece a ser un disco rayado. Si buscas una forma divertida y eficaz de enseñar a tus hijos la importancia de la responsabilidad, la economía de fichas puede ser tu gran aliada.

    Olvídate de las discusiones interminables y prepárate para transformar las tareas en un reto motivador. Este método no es magia, pero casi. Se basa en algo muy simple: el refuerzo positivo. Y lo mejor de todo es que es una herramienta increíble para aprender jugando.

    ¿Qué es exactamente la economía de fichas?

    Suena a algo muy complejo, ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad. La economía de fichas es un sistema en el que los niños ganan «fichas» (pueden ser pegatinas, puntos en una pizarra, canicas o incluso una moneda inventada) por realizar ciertas tareas o tener buenos comportamientos.

    Luego, esas fichas pueden canjearlas por «premios» o privilegios que hayáis acordado previamente. Es como un pequeño sistema económico adaptado al hogar, donde el esfuerzo tiene una recompensa tangible. De esta forma, los peques empiezan a entender de una manera muy visual y práctica el valor del esfuerzo.

    Ventajas: Más allá de una habitación ordenada

    Implementar este sistema en casa va mucho más allá de conseguir que hagan la cama. Estás sembrando semillas muy importantes para su futuro.

    • Enseña el valor del esfuerzo: Los niños comprenden que las cosas no aparecen por arte de magia. Si quieren ese premio que tanto desean, tienen que ganárselo.
    • Fomenta el ahorro y la paciencia: Al tener premios de diferente «coste», aprenden a gestionar sus fichas. ¿Gasto mis 5 fichas en un cuento esta noche o ahorro hasta tener 20 para ir al cine el fin de semana? ¡Hola, educación financiera básica!
    • Aumenta la motivación: Las tareas dejan de ser una imposición para convertirse en un objetivo. El cambio de enfoque es brutal.
    • Refuerza la autoestima: Cada ficha ganada es un pequeño logro, un «¡lo he conseguido!» que refuerza su confianza en sí mismos. Es una forma genial de aprender jugando que son capaces de todo.

    Cómo montar tu propia economía de fichas en casa

    ¿Te animas a probarlo? Es más fácil de lo que parece. Solo necesitas un poco de planificación y, sobre todo, constancia. Aquí tienes los pasos clave.

    H3: Paso 1: Definir las reglas del juego

    Sentaos juntos y decidid qué comportamientos o tareas van a ser recompensados. Es crucial que sean acciones concretas y claras. «Portarse bien» es muy ambiguo. En su lugar, utiliza «Hablar sin gritar» o «Compartir los juguetes con tu hermano».

    Haced una lista y asignad un valor en fichas a cada tarea. Por ejemplo:
    * Hacer la cama por la mañana: 1 ficha.
    * Poner la mesa para cenar: 1 ficha.
    * Terminar los deberes sin protestar: 2 fichas.

    H3: Paso 2: Crear el «catálogo de premios»

    Ahora viene la parte más divertida para ellos. Cread juntos una lista de premios y ponedle un «precio» en fichas. Combina recompensas pequeñas con otras más grandes para fomentar el ahorro.

    Ejemplos de premios:
    * Elegir el postre: 5 fichas.
    * Ver una película en familia el viernes: 10 fichas.
    * Acostarse 30 minutos más tarde: 15 fichas.
    * Comprar ese juguete que tanto quiere: 50 fichas.

    H3: Paso 3: ¡A jugar! Sé constante y positivo

    Una vez que tengáis el tablero o la tabla visible para todos (un corcho, una tabla de recompensas para niños o una simple cartulina funcionan genial), empieza el juego.

    La clave del éxito es la constancia. Entrega las fichas justo después de que se complete la tarea, acompañándolo siempre de un elogio: «¡Qué bien has dejado tu cuarto, te has ganado tu ficha!». El foco debe estar siempre en lo positivo. La economía de fichas no es un sistema de castigo; no se quitan fichas por mal comportamiento. Simplemente, no se ganan.

    Este método, ampliamente utilizado en psicología conductual, ayuda a estructurar rutinas y a modificar conductas de forma positiva. De hecho, expertos en psicología, como los que escriben en portales como Psicología y Mente, explican en detalle los fundamentos que hacen que esta técnica sea tan eficaz.

    Un camino para enseñar el valor del esfuerzo

    La economía de fichas es mucho más que un simple sistema de premios. Es una herramienta educativa potentísima que, usada con cariño y coherencia, enseña a los niños lecciones fundamentales para la vida.

    Les ayuda a interiorizar el valor del esfuerzo, a gestionar la frustración, a planificar y a tomar sus primeras decisiones financieras. Y todo ello mientras se sienten protagonistas de su propio crecimiento, convirtiendo la responsabilidad en una aventura. Al final, es la esencia de aprender jugando: adquirir habilidades cruciales sin apenas darse cuenta. ¡Pruébalo y verás el cambio

  • Pequeños Gigantes: 5 Actividades Montessori de Vida Práctica para tu Hijo de 2 Años

    Pequeños Gigantes: 5 Actividades Montessori de Vida Práctica para tu Hijo de 2 Años

    ¿Tu peque de dos años está en plena fase del «yo solito»? ¡Enhorabuena, es una señal fantástica! Lejos de ser un desafío, es la prueba de que su deseo de ser independiente y capaz está floreciendo. En lugar de frenar ese impulso, ¿por qué no le damos las herramientas para que lo consiga?

    Aquí es donde la filosofía Montessori se convierte en nuestra mejor aliada. Concretamente, a través de las actividades de vida práctica Montessori, que son tareas cotidianas adaptadas para que los más pequeños puedan realizarlas. No se trata de ponerles a hacer tareas del hogar, sino de ofrecerles la oportunidad de aprender jugando y sentirse una parte valiosa y activa de la familia.

    ¿Qué es la Vida Práctica Montessori y por qué es tan importante?

    Las actividades de vida práctica son el corazón de la pedagogía Montessori para los más pequeños. Son tareas con un propósito real que los niños ven hacer a los adultos a diario: verter agua, limpiar, vestirse, cuidar de las plantas… Al adaptarlas a su tamaño y fuerza, les permitimos participar en el mundo real.

    Según la Asociación Montessori Española (AME), estas actividades son fundamentales porque ayudan a los niños a desarrollar la coordinación, la concentración y la independencia.

    Los beneficios son inmensos:

    • Fomentan la autonomía y la autoestima: «Puedo hacerlo solo» es uno de los sentimientos más poderosos para un niño.
    • Mejoran la concentración: Requieren atención y enfoque para completarlas.
    • Perfeccionan el desarrollo psicomotor: Trabajan la motricidad fina (el control de las manos y los dedos) y la gruesa.
    • Crean orden y estructura: Cada actividad tiene un principio y un fin, lo que les da seguridad.

    5 Actividades de Vida Práctica para Pequeños Ayudantes

    No necesitas materiales vida práctica montessori ni preparaciones complicadas. La belleza de la vida práctica Montessori es que utiliza objetos que ya tienes en casa. Aquí te dejamos 5 ideas para empezar.

    1. Trasvases: de sólidos a líquidos

    Esta es la actividad clásica para iniciarse. Ayuda a desarrollar la coordinación ojo-mano y prepara al niño para tareas como servirse agua sin derramar.

    • Cómo empezar: Prepara una bandeja con dos cuencos pequeños. Uno lleno de alubias, garbanzos o pasta grande, y el otro vacío. Muéstrale a tu hijo cómo pasar los sólidos de un cuenco a otro, primero con las manos y luego con una cuchara.
    • El siguiente nivel: Cuando domine los sólidos, pasa a los líquidos. Utiliza una jarrita pequeña con un poco de agua y un vaso. ¡Prepárate para algunos derrames al principio! Una esponja cerca le enseñará que los errores se pueden solucionar.

    2. Limpiar pequeños derrames

    En lugar de frustrarte cuando algo se cae, conviértelo en una oportunidad de aprendizaje. Tener un «kit de limpieza» a su alcance le da el poder de solucionar sus propios accidentes.

    • Qué necesitas: Una esponja pequeña, un paño o una bayeta de su tamaño y un cubo pequeño.
    • Cómo hacerlo: La primera vez que algo se derrame, en lugar de limpiarlo tú, dile con calma: «¡Oh, se ha caído agua! Vamos a por la esponja». Muéstrale cómo absorber el líquido y escurrir la esponja. Esto fomenta su sentido de la responsabilidad y la capacidad.

    3. Lavar frutas o verduras

    Involucrar a los niños en la preparación de la comida es una forma maravillosa de que se sientan útiles y de que se interesen por los alimentos saludables.

    • Prepara el ambiente: Coloca un taburete o torre de aprendizaje en la cocina para que llegue al fregadero. Dale un cepillo pequeño y suave.
    • La actividad: Dale patatas, zanahorias o manzanas para que las lave bajo un chorrito de agua. Es una experiencia sensorial fantástica y una ayuda real para la familia. Su desarrollo psicomotor se verá beneficiado al manipular objetos de diferentes texturas y tamaños.

    4. Ponerse y quitarse los zapatos

    Fomentar el cuidado personal es clave para la autonomía. Vestirse y desvestirse es una habilidad que les da una increíble sensación de logro.

    • Facilítale el trabajo: Empieza con zapatos fáciles de poner, como los que tienen velcro o son de meter.
    • Crea una rutina: Ten un lugar fijo para los zapatos, como una pequeña alfombra o un taburete bajo junto a la puerta. Anímale a que se siente para intentarlo. Modela el movimiento despacio y sin hablar demasiado, para que se concentre en tus acciones.

    5. Regar las plantas

    Cuidar de otro ser vivo, aunque sea una planta, enseña empatía y responsabilidad. Es una tarea sencilla con un resultado visible.

    • Herramientas a su medida: Consigue una regadera pequeña y ligera que pueda manejar con facilidad.
    • El proceso: Muéstrale cuánta agua necesita la planta (puedes hacer una marca en la regadera). Enséñale a tocar la tierra para saber si está seca. Ver cómo la planta crece gracias a su cuidado es una lección de vida muy poderosa.

    Consejos para un Éxito Asegurado

    • Prepara el entorno: Asegúrate de que todo lo que necesita esté a su alcance, ordenado y listo para usar.
    • Modela, no ordenes: Muéstrale cómo se hace la actividad de forma lenta y precisa, sin dar muchas instrucciones verbales.
    • Ten paciencia: Habrá errores y derrames. Son parte del proceso de aprender jugando. Mantén la calma y muéstrale cómo solucionar los problemas.
    • Celebra el esfuerzo, no la perfección: Lo importante es el proceso y su implicación, no que el resultado sea perfecto.

    Integrar la vida práctica Montessori en vuestro día a día es más fácil de lo que parece. Solo requiere un cambio de perspectiva: ver a tu hijo no como alguien a quien hay que servir, sino como un ser capaz y deseoso de participar. ¡Disfruta viendo a tu pequeño ayudante convertirse en un pequeño gigante autónomo

  • 5 Experimentos Caseros y Seguros para un Día de Lluvia: ¡Aprender Jugando!

    5 Experimentos Caseros y Seguros para un Día de Lluvia: ¡Aprender Jugando!

    Llueve. Otra vez. Miras por la ventana y los planes de parque, bici o paseo se han disuelto como un azucarillo en el café. Pero, antes de que el aburrimiento se instale en casa, tenemos una propuesta: ¿y si convertimos el salón en un laboratorio de ciencias?

    Los experimentos caseros son una de las mejores formas de pasar tiempo de calidad en familia. No solo son increíblemente divertidos, sino que también despiertan la curiosidad, fomentan el pensamiento crítico y demuestran que la ciencia está en todas partes. ¡Vamos al lío!

    ¿Por qué los experimentos caseros son una idea genial?

    Más allá de la evidente diversión, dedicar tiempo a estos pequeños proyectos creativos tiene beneficios enormes. Estamos hablando de la magia de aprender jugando, un concepto que los expertos en pedagogía valoran enormemente. De hecho, el juego es fundamental para el desarrollo infantil, como bien explican los expertos de la American Academy of Pediatrics, ya que ayuda a los niños a desarrollar habilidades sociales, cognitivas y emocionales.

    Con estos experimentos caseros, los peques:

    • Entienden conceptos abstractos de forma visual y práctica.
    • Desarrollan la paciencia y aprenden a seguir instrucciones.
    • Estimulan su creatividad al buscar soluciones y entender el «porqué» de las cosas.
    • Crean recuerdos inolvidables. ¿Quién no recuerda su primer volcán de bicarbonato?

    5 experimentos caseros para sorprender a los peques

    Hemos seleccionado cinco experimentos sencillos, con materiales que seguro tienes por casa y, lo más importante, totalmente seguros. Si prefieres tenerlo todo preparado, un kit de experimentos para niños también es una opción fantástica. ¡Manos a la obra!

    1. El clásico volcán de la Ciénaga

    Un éxito garantizado. Ver la «lava» subir y desbordarse es un espectáculo que nunca falla.

    • Materiales: una botella de plástico pequeña, vinagre, bicarbonato de sodio, un par de gotas de colorante alimentario rojo (opcional) y un poco de plastilina o barro para construir el volcán alrededor de la botella.
    • Pasos:
      1. Modela la plastilina alrededor de la botella para darle forma de volcán.
      2. Llena la botella hasta la mitad con vinagre y añade el colorante rojo.
      3. Prepara una cucharada de bicarbonato… ¡y échala dentro!
      4. ¡Aléjate un poco y observa la erupción!
    • La ciencia detrás: La reacción química entre el vinagre (un ácido) y el bicarbonato (una base) libera un gas llamado dióxido de carbono. Este gas ocupa mucho espacio y necesita salir, empujando el líquido hacia arriba y creando la erupción.

    2. La lámpara de lava psicodélica

    Hipnótica y preciosa. Una lección de densidad que parece pura magia.

    • Materiales: un tarro de cristal alto, agua, aceite vegetal, colorante alimentario y una pastilla efervescente.
    • Pasos:
      1. Llena el tarro con aceite hasta tres cuartas partes de su capacidad.
      2. Añade agua, dejando un par de dedos libres en la parte superior. Verás que el agua se va al fondo.
      3. Echa unas 10 gotas de tu colorante favorito. Las gotas atravesarán el aceite y teñirán el agua.
      4. Parte la pastilla efervescente en dos y deja caer un trozo dentro.
    • La ciencia detrás: El aceite es menos denso que el agua, por eso flota sobre ella. La pastilla efervescente reacciona con el agua creando burbujas de gas (dióxido de carbono) que atrapan un poco de agua coloreada y la suben. Al llegar a la superficie, el gas escapa y el agua, más densa, vuelve a bajar.

    3. Tinta invisible: el mensaje secreto

    Ideal para jugar a los espías en un día de lluvia.

    • Materiales: medio limón, un cuenco pequeño, un bastoncillo de algodón, una hoja de papel blanco y una fuente de calor (una bombilla, un secador de pelo o la ayuda de un adulto con una plancha).
    • Pasos:
      1. Exprime el zumo del limón en el cuenco.
      2. Moja el bastoncillo en el zumo y escribe tu mensaje secreto en el papel.
      3. Deja que se seque por completo. El mensaje desaparecerá.
      4. Para revelarlo, acerca el papel con cuidado a una bombilla encendida o aplica calor con un secador. ¡Verás cómo aparecen las letras!
    • La ciencia detrás: El zumo de limón es una sustancia orgánica que se oxida (se quema) a una temperatura más baja que el papel. Al aplicar calor, el zumo se tuesta y se vuelve marrón antes de que el papel se queme, revelando el mensaje.

    4. El huevo que flota como por arte de magia

    ¿Puede un huevo flotar en el agua? ¡Depende! Un experimento genial para entender la densidad.

    • Materiales: dos vasos altos, agua, sal y dos huevos crudos.
    • Pasos:
      1. Llena ambos vasos con agua del grifo.
      2. En uno de ellos, añade 3-4 cucharadas soperas de sal y remueve bien hasta que se disuelva.
      3. Introduce con cuidado un huevo en el vaso de agua normal. Se hundirá.
      4. Ahora, introduce el otro huevo en el vaso con agua salada. ¡Flotará!
    • La ciencia detrás: Al añadir sal al agua, aumentamos su densidad. El huevo se hunde en el agua normal porque es más denso que ella. Sin embargo, el agua salada es más densa que el huevo, por lo que este es capaz de flotar.

    5. Un arcoíris en un vaso

    Este es uno de esos proyectos creativos que además de educativo, es precioso.

    • Materiales: un vaso alto y transparente, miel, jabón para platos (azul o verde), agua (teñida de rojo), aceite vegetal y alcohol (teñido de otro color, como amarillo).
    • Pasos:
      1. Vierte la miel en el fondo del vaso con mucho cuidado, sin que toque los lados.
      2. Añade el jabón líquido muy lentamente, inclinando el vaso para que resbale por la pared.
      3. Haz lo mismo con el agua teñida de rojo.
      4. A continuación, vierte el aceite.
      5. Por último, añade el alcohol teñido.
    • La ciencia detrás: Cada líquido tiene una densidad diferente. Los más densos (como la miel) se quedan abajo, y los menos densos (como el alcohol) se quedan arriba, creando capas de colores que no se mezclan.

    Consejos para un día de ciencia seguro y divertido

    Para que la experiencia sea un éxito total, recuerda estos puntos:

    • Prepara el terreno: Cubre la mesa con un hule, papel de periódico o bolsas de basura para evitar manchas.
    • Supervisión adulta siempre: Aunque son experimentos caseros y seguros, es fundamental que un adulto guíe y supervise todo el proceso.
    • El proceso es lo importante: El objetivo es aprender jugando y experimentar. Si algo no sale perfecto, ¡no pasa nada! Es parte de la ciencia.

    Un día de lluvia ya no es sinónimo de aburrimiento. Es una invitación a la curiosidad, a la creatividad y a la diversión en familia. Así que, la próxima vez que el cielo se ponga gris, ya sabes qué hacer: ¡montar tu propio laboratorio en el salón

  • La Cesta de los Tesoros: El Juego Sensorial para las Primeras Palabras

    La Cesta de los Tesoros: El Juego Sensorial para las Primeras Palabras

    ¿Has observado alguna vez a tu bebé? Seguro que sí. Y te habrás dado cuenta de que le fascina mucho más el mando de la tele o una cuchara de madera que ese sonajero de colores tan llamativo que le regalaron. No es casualidad. Los bebés son exploradores natos, y su forma de entender el mundo es a través de los sentidos.

    Aquí es donde entra en juego una herramienta tan sencilla como revolucionaria: la cesta de los tesoros. Si aún no la conoces, prepárate, porque está a punto de convertirse en tu mejor aliada para fomentar la curiosidad y las primeras palabras de tu pequeño.

    ¿Qué es exactamente la Cesta de los Tesoros?

    Imagina una cesta bajita, de mimbre o de tela, llena no de juguetes, sino de «tesoros». Objetos cotidianos, seguros y de materiales naturales que invitan a ser tocados, olidos, mordidos y explorados. No hablamos de plásticos con luces y sonidos, sino de la riqueza sensorial de una piña, el frío del metal de un llavero o la suavidad de un ovillo de lana.

    La cesta de los tesoros es una propuesta de juego que se ofrece a los bebés cuando ya son capaces de mantenerse sentados por sí mismos pero aún no se desplazan (normalmente, entre los 6 y los 12 meses). El objetivo es simple: dejar que el bebé descubra los objetos a su ritmo, sin ninguna intervención del adulto más allá de la supervisión.

    La Cesta de los Tesoros y el Desarrollo del Lenguaje: Una Conexión Mágica

    Puede que te preguntes: ¿y cómo ayuda todo esto a que mi bebé hable? La conexión es mucho más directa de lo que parece. El desarrollo del lenguaje no empieza cuando el bebé dice «mamá» o «papá», sino mucho antes, con la creación de conexiones neuronales.

    Cada vez que tu bebé coge un objeto de la cesta, está recibiendo un montón de información:
    * Tacto: ¿Es rugoso como un estropajo natural o liso como una piedra de río?
    * Oído: ¿Cómo suena al golpearlo? ¿Hace un ruido sordo como la madera o metálico como unas cucharas?
    * Olfato: ¿Huele a naranja, a canela, a romero?
    * Vista: ¿Qué forma tiene? ¿De qué color es? ¿Brilla?

    Toda esta exploración sensorial es la antesala del lenguaje. Cuando tu bebé manipula una esponja natural y tú te sientas a su lado y le dices «¡qué suave!», su cerebro asocia esa sensación con esa palabra. No está aprendiendo de memoria, está viviendo el concepto.

    Este enfoque, popularizado por la pedagoga Elinor Goldschmied, se basa en la idea de que los niños aprenden a través de la experiencia directa y la curiosidad. Como se explica en diversas fuentes sobre pedagogía activa, el rol del adulto es preparar un entorno rico y seguro y acompañar, no dirigir. De esta forma, cada objeto se convierte en una oportunidad para una nueva palabra, un nuevo concepto y una nueva conexión.

    Cómo Crear tu Propia Cesta de los Tesoros en Casa

    Montar una cesta de los tesoros es muy fácil y económico. Solo necesitas seguir unos sencillos pasos y, sobre todo, usar el sentido común para garantizar la seguridad.

    H3: Elige la cesta perfecta

    Busca una cesta de mimbre, tela o trapillo que sea estable, de base ancha y no muy alta, para que tu bebé pueda ver y coger los objetos sin riesgo a volcarla.

    H3: Selecciona los «tesoros» adecuados

    Aquí viene la parte divertida. Rebusca por casa objetos que cumplan una regla de oro: deben ser lo suficientemente grandes como para que no se los pueda tragar y no ser tóxicos.

    Aquí tienes algunas ideas por categorías:
    * Objetos naturales: Piñas, una naranja, un limón, una piedra grande y pulida, conchas marinas grandes, una esponja natural.
    * Objetos de madera: Cucharas o espátulas de palo, un rodillo pequeño, anillas de cortina, un cepillo de dientes de bambú nuevo, un cepillo de uñas de cerdas naturales.
    * Objetos de metal: Un manojo de llaves grande (¡bien limpio!), un batidor de varillas pequeño, una flanera, cucharas de distintos tamaños.
    * Objetos de tela, piel o lana: Un ovillo de lana, retales de diferentes texturas (terciopelo, arpillera, seda), un monedero de cuero, un cepillo de zapatos.

    Importante: Revisa y limpia los objetos con frecuencia. Rota los tesoros cada cierto tiempo para mantener vivo el interés de tu bebé.

    H3: El momento de aprender jugando

    Coloca la cesta en el suelo, cerca de tu bebé, y simplemente siéntate a su lado. Tu papel es ser un observador silencioso y atento. Deja que sea él o ella quien elija qué objeto coger y qué hacer con él.

    Puedes nombrar los objetos o las sensaciones («eso es una cuchara», «está fría»), pero sin agobiar. El silencio también es importante para que pueda concentrarse. Verás cómo, poco a poco, esta actividad de aprender jugando se convierte en uno de vuestros momentos favoritos.

    En definitiva, la cesta de los tesoros es mucho más que un juego. Es una invitación a descubrir el mundo con los cinco sentidos, una herramienta increíble para el desarrollo del lenguaje y una oportunidad maravillosa para conectar con tu bebé de una forma tranquila y respetuosa. Anímate a crear la tuya y observa la magia suceder.

    Preguntas y Respuestas (FAQ)

    Pregunta: ¿Para qué edad está recomendada la cesta de los tesoros?
    Respuesta: Es una propuesta de juego para bebés que ya son capaces de mantenerse sentados por sí mismos pero que aún no se desplazan, lo que corresponde normalmente a la etapa entre los 6 y 12 meses.

    Pregunta: ¿Cómo ayuda exactamente esta cesta a que mi bebé aprenda a hablar?
    Respuesta: La cesta ayuda al desarrollo del lenguaje de forma indirecta. Al explorar las texturas, olores y sonidos de los objetos, el bebé recibe una gran cantidad de información sensorial. Cuando un adulto nombra esas sensaciones («suave», «frío») o los objetos, el cerebro del bebé asocia la palabra con la experiencia vivida, sentando las bases para la adquisición del lenguaje.

    Pregunta: ¿Qué tipo de objetos debo incluir y cuál es la principal norma de seguridad?
    Respuesta: Debes incluir objetos cotidianos y de materiales naturales, como cucharas de madera, un manojo de llaves, un ovillo de lana, piñas o una naranja. La regla de seguridad más importante es que los objetos deben ser lo suficientemente grandes como para que el bebé no se los pueda tragar y no deben ser tóxicos.