¡Hola, mamá! Bienvenida a esta nueva y revolucionaria etapa de tu vida. Entre pañales, tomas y noches en vela, es posible que hayas notado un pequeño «extra» con el que no contabas: esas incómodas fugas al reír, toser o coger a tu bebé en brazos.
Tranquila, no estás sola. Es algo mucho más común de lo que se habla y tiene un nombre: incontinencia urinaria de esfuerzo. Pero lo más importante es que tiene solución. Hoy vamos a hablar de tus dos mejores amigos en esta misión: los ejercicios de Kegel y los hipopresivos postparto.
¿Por qué aparecen las pérdidas de orina después del parto?
Imagina que tu suelo pélvico es como una hamaca de músculos que sostiene tu vejiga, útero e intestinos. Durante el embarazo, el peso del bebé la estira. Y durante el parto, ya sea vaginal o por cesárea, sufre una presión enorme.
El resultado es que esa «hamaca» puede quedar debilitada, perdiendo su capacidad para contraerse con fuerza cuando la necesitas. De ahí vienen esas pequeñas fugas. La buena noticia es que, como cualquier otro músculo, se puede entrenar y recuperar.
La solución doble: Kegels e Hipopresivos
Aquí es donde entra en juego la combinación ganadora. Mucha gente cree que tiene que elegir entre uno u otro, pero la realidad es que son totalmente complementarios. Funcionan de maneras distintas para lograr un mismo objetivo: un suelo pélvico fuerte y funcional.
Los famosos ejercicios de Kegel: El primer paso
Seguro que has oído hablar de ellos. Los ejercicios de Kegel son la base de todo. Son contracciones voluntarias de los músculos del suelo pélvico.
¿Cómo se hacen correctamente?
1. Identifica los músculos: La forma más fácil de localizarlos es intentar cortar el chorro de la orina mientras estás en el baño. ¡Ojo! Haz esto solo una vez para identificarlos, no lo conviertas en un hábito, ya que podría causar infecciones.
2. Contrae y eleva: Una vez localizados, túmbate cómodamente. Contrae esos músculos como si quisieras «absorber» algo hacia dentro y hacia arriba. Imagina que tu vagina es un ascensor que sube.
3. Mantén y relaja: Aguanta la contracción durante 3-5 segundos (sin contener la respiración ni apretar los glúteos) y luego relaja durante el mismo tiempo.
4. Repite: Haz series de 10-15 repeticiones, unas 3 veces al día.
La clave de los ejercicios de Kegel es la constancia. Puedes hacerlos en cualquier sitio: mientras das el pecho, ves la tele o esperas en un semáforo.
Hipopresivos postparto: Mucho más que meter barriga
Los hipopresivos postparto son una técnica más global que no solo beneficia al suelo pélvico, sino a toda tu faja abdominal. A diferencia de los abdominales tradicionales (que aumentan la presión sobre el suelo pélvico y pueden empeorar las pérdidas de orina), los hipopresivos hacen todo lo contrario.
Mediante una combinación de posturas y una respiración específica (la apnea espiratoria), se crea un efecto de «vacío» en el abdomen. Esto provoca una succión y elevación de los órganos internos, liberando de presión al suelo pélvico y activando de forma refleja los músculos de la faja abdominal y del periné.
Beneficios de los hipopresivos postparto:
* Reducen el perímetro de la cintura.
* Fortalecen el suelo pélvico de manera refleja.
* Mejoran la postura.
* Previenen hernias.
Cómo combinar Kegels e hipopresivos para solucionar las pérdidas de orina
Aquí está la magia. No se trata de elegir, sino de sumar.
Piensa en los ejercicios de Kegel como el entrenamiento de fuerza específico para tu suelo pélvico. Con ellos, y a veces con la ayuda de un ejercitador de suelo pélvico, ganas tono y control voluntario. Por otro lado, los hipopresivos postparto son el entrenamiento funcional: re-programan toda tu faja abdominal para que trabaje en equipo, gestionando la presión interna y protegiendo tu suelo pélvico de forma automática en tu día a día.
Un plan de acción sencillo:
* Diariamente: Dedica unos minutos a tus series de ejercicios de Kegel.
* 2-3 veces por semana: Realiza una sesión de 15-20 minutos de hipopresivos postparto. Es muy recomendable que, al menos al principio, acudas a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que te enseñe la técnica correctamente.
Paciencia y constancia: Tus mejores aliadas
Recuperarse del parto es una maratón, no un sprint. No esperes resultados de la noche a la mañana. Sé constante con tu rutina y, poco a poco, notarás cómo esas pérdidas de orina se van espaciando hasta desaparecer.
Y recuerda, si tienes dudas o sientes que no mejoras, buscar ayuda profesional es la mejor decisión que puedes tomar. Un fisioterapeuta especializado en uroginecología es el experto que mejor puede valorar tu caso y diseñar un plan a tu medida. Puedes encontrar profesionales cualificados a través de organismos como la Asociación Española de Fisioterapeutas.
¡Mucho ánimo en tu recuperación! Estás haciendo un trabajo increíble.
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