¿Te suena esta situación? Gritos, castigos, amenazas y la sensación de que estás en una batalla constante con tus hijos o alumnos. Te sientes agotado y, lo peor de todo, ves que nada de eso funciona a largo plazo. Al día siguiente, el mismo comportamiento se repite.
Si te sientes así, no estás solo. Muchos padres y educadores buscamos una forma diferente de educar, una que construya puentes en lugar de muros. Y aquí es donde entra en juego la disciplina positiva.
¿Qué es realmente la Disciplina Positiva?
Lo primero es aclarar lo que NO es: no es permisividad, ni dejar que los niños hagan lo que quieran. Tampoco es una técnica para conseguir que «se porten bien» de inmediato.
La disciplina positiva es una filosofía educativa que se basa en el respeto mutuo. Su objetivo no es controlar el comportamiento del niño, sino enseñarle habilidades para la vida: responsabilidad, cooperación, autodisciplina y resolución de problemas.
La idea central es muy poderosa: conexión antes que corrección. Un niño que se siente conectado, comprendido y que pertenece, es un niño mucho más propenso a cooperar. Los castigos, por el contrario, generan resentimiento, rebeldía o miedo.
Los pilares: Educar con Firmeza y Amabilidad a la vez
Este enfoque, desarrollado por Jane Nelsen y Lynn Lott, se apoya en una idea que puede parecer contradictoria: ser firmes y amables al mismo tiempo.
- La amabilidad muestra respeto por el niño.
- La firmeza muestra respeto por la situación y por ti mismo.
No se trata de elegir una u otra, sino de integrarlas. Por ejemplo, en lugar de gritar «¡recoge tus juguetes ahora mismo o te quedas sin tele!», podrías decir con calma pero con firmeza: «Entiendo que ahora no te apetece recoger, pero los juguetes deben guardarse antes de cenar. ¿Quieres que lo hagamos juntos o prefieres empezar tú solo?».
En España, expertas como la referente en disciplina positiva Marisa Moya han sido clave para difundir este modelo, adaptándolo y ofreciendo formación a miles de familias y docentes que buscan un cambio real y duradero. El trabajo de divulgación de figuras como disciplina positiva Marisa Moya ha ayudado a entender que educar desde el respeto es el camino más eficaz.
La Disciplina Positiva en el Aula: Un Cambio de Paradigma
El entorno escolar es uno de los lugares donde este enfoque brilla con más fuerza. Aplicar la disciplina positiva en el aula transforma por completo la dinámica entre el profesor y los alumnos.
En lugar de un sistema basado en premios y castigos, se crea un ambiente de comunidad y colaboración. Los errores se ven como oportunidades para aprender, y los conflictos se resuelven buscando soluciones que beneficien a todos.
Implementar la disciplina positiva en el aula implica:
- Reuniones de clase: Espacios semanales donde los alumnos proponen temas, buscan soluciones a problemas comunes y aprenden a escucharse.
- Enfocarse en soluciones: Cuando surge un problema, el profesor guía a los alumnos con preguntas como «¿Qué ha pasado? ¿Cómo podemos solucionarlo para que no vuelva a ocurrir?».
- Crear un «rincón de la calma»: Un espacio positivo donde un niño puede ir voluntariamente para gestionar sus emociones, no un rincón de pensar como castigo.
El enfoque que propone la disciplina positiva en el aula reduce el estrés del docente y fomenta la autonomía y la responsabilidad en los niños.
Herramientas prácticas para empezar hoy mismo
Cambiar el chip no es fácil, pero puedes empezar con pequeños pasos. Aquí tienes algunas herramientas sencillas:
- Haz preguntas de curiosidad: En lugar de acusar («¿Por qué has pegado a tu hermano?»), pregunta con interés genuino: «¿Qué ha pasado? ¿Cómo te sentías? ¿Qué idea se te ocurre para solucionarlo?».
- Valida sus emociones: «Veo que estás muy enfadado porque se ha roto tu dibujo. Es normal sentirse así». Reconocer su emoción es el primer paso para que aprenda a gestionarla.
- Ofrece opciones limitadas: En lugar de una orden, da dos opciones que sean aceptables para ti. «¿Prefieres ponerte el pijama azul o el rojo?». Esto les da una sensación de control y fomenta su cooperación.
Para profundizar en estas y otras herramientas, la web de la Asociación de Disciplina Positiva España es un recurso fantástico y de total confianza.
En definitiva, la disciplina positiva, ya sea en casa o aplicando la disciplina positiva en el aula, no es una receta mágica. Es un camino. Un camino que requiere paciencia, práctica y, sobre todo, la convicción de que educar desde el respeto y la conexión es el mayor regalo que podemos hacerles a nuestros niños. Los resultados no son inmediatos, pero sí son para toda la vida.
Q: ¿Qué es la disciplina positiva y cuál es su objetivo principal?
A: Es una filosofía educativa basada en el respeto mutuo cuyo objetivo no es controlar el comportamiento del niño, sino enseñarle habilidades para la vida como la responsabilidad, la cooperación, la autodisciplina y la resolución de problemas.
Q: ¿Cuál es uno de los pilares fundamentales de la disciplina positiva según el artículo?
A: El pilar fundamental es ser firme y amable al mismo tiempo. La amabilidad muestra respeto por el niño, mientras que la firmeza muestra respeto por la situación y por uno mismo, buscando integrar ambas cualidades.
Q: ¿En qué se diferencia el enfoque de la disciplina positiva del castigo tradicional?
A: La disciplina positiva se basa en el principio de ‘conexión antes que corrección’, buscando que el niño coopere porque se siente comprendido y conectado. El castigo, por el contrario, suele generar resentimiento, rebeldía o miedo.
Q: ¿Cómo se puede aplicar la disciplina positiva en un aula escolar?
A: Se puede aplicar creando un ambiente de comunidad, realizando reuniones de clase para buscar soluciones en conjunto, viendo los errores como oportunidades de aprendizaje y creando un ‘rincón de la calma’ para la gestión emocional voluntaria.
Q: ¿Puedes nombrar una herramienta práctica de disciplina positiva para usar en casa?
A: Una herramienta es ofrecer opciones limitadas, lo que da al niño una sensación de control y fomenta su cooperación. Por ejemplo, en lugar de ordenar, preguntar: ‘¿Prefieres ponerte el pijama azul o el rojo?’.
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