Convulsiones Febriles en Bebés: Guía para Padres | Cómo Actuar

Convulsiones Febriles en Bebés: Guía para Padres | Cómo Actuar

Convulsiones Febriles en Bebés: Guía para Padres | Cómo Actuar

Ver a tu bebé sufrir una convulsión es, sin duda, una de las experiencias más aterradoras que puede vivir un padre o una madre. El mundo se detiene, el pánico se apodera de la situación y la mente se llena de preguntas y miedos. Si has llegado hasta aquí, es probable que hayas pasado por este trance o que quieras estar preparado por si ocurre.

Lo primero y más importante: respira hondo. Aunque impactantes, las convulsiones febriles en la mayoría de los casos no son tan peligrosas como parecen y no dejan secuelas. Esta guía está diseñada para darte calma, información clara y, sobre todo, herramientas prácticas para saber cómo actuar.

¿Qué es exactamente una convulsión febril?

Imagina el cerebro de tu bebé como un sistema eléctrico en pleno desarrollo. A veces, una subida brusca de la temperatura corporal, es decir, la fiebre, puede provocar una especie de «cortocircuito» temporal. Esta reacción es lo que conocemos como convulsión febril.

No es epilepsia, es una respuesta a la fiebre.

Es fundamental entender esta diferencia. Una convulsión febril es un evento provocado por la fiebre en un cerebro neurológicamente sano. La epilepsia, en cambio, es una condición neurológica caracterizada por convulsiones recurrentes sin la necesidad de un desencadenante como la fiebre. La gran mayoría de los niños que tienen una convulsión febril no desarrollan epilepsia.

Suelen ocurrir en niños sanos de entre 6 meses y 5 años de edad, coincidiendo con el pico de infecciones típicas de la infancia que causan fiebre (otitis, faringitis, virus, etc.).

Tipos de convulsiones febriles: simples y complejas

Los médicos las clasifican en dos categorías, lo que les ayuda a evaluar la situación:

  • Convulsión febril simple: Es la más común (más del 80% de los casos). Se caracteriza por:
    • Durar menos de 15 minutos (aunque a los padres les parezca una eternidad, suelen durar 1 o 2 minutos).
    • Ser generalizada, es decir, afecta a todo el cuerpo con sacudidas simétricas.
    • No repetirse en las siguientes 24 horas.
  • Convulsión febril compleja: Es menos frecuente y tiene una o más de estas características:
    • Dura más de 15 minutos.
    • Es focal, afectando solo a una parte del cuerpo (por ejemplo, un solo brazo o una pierna).
    • Se repite en el mismo episodio febril, dentro de las primeras 24 horas.

¿Cómo reconocer una convulsión febril? Los signos clave

Durante una convulsión, tu bebé puede presentar una combinación de los siguientes síntomas:

  • Pérdida brusca de conocimiento.
  • Rigidez generalizada del cuerpo.
  • Sacudidas rítmicas e incontrolables en brazos y piernas.
  • Ojos en blanco o desviados hacia arriba.
  • Puede que emita sonidos guturales o deje de respirar por unos segundos.
  • La piel puede ponerse pálida o incluso ligeramente azulada (cianosis), sobre todo alrededor de la boca.
  • Es posible que haya babeo, espuma por la boca o incluso vómito.

Cuando la convulsión termina, es normal que el bebé quede somnoliento, confundido o irritable durante un tiempo. Este periodo se conoce como «fase postictal».

El momento clave: Qué hacer (y qué NO hacer) durante una convulsión febril

Saber cómo reaccionar es tu mejor herramienta. Tu calma puede marcar la diferencia en cómo manejas la situación.

Pasos a seguir: Mantén la calma y protege a tu bebé

  1. Mantén la calma: Es lo más difícil, pero lo más importante. Tu bebé te necesita sereno.
  2. Controla el tiempo: En cuanto empiece, mira el reloj. Saber la duración exacta es información vital para el médico. Usa el cronómetro de tu móvil.
  3. Colócalo en un lugar seguro: Pon a tu bebé en el suelo, sobre una alfombra o una superficie blanda, lejos de muebles con esquinas o cualquier objeto con el que pueda golpearse.
  4. Ponlo de lado: Gira suavemente su cuerpo y cabeza hacia un lado (posición lateral de seguridad). Esto evita que se ahogue con su propia saliva o si vomita.
  5. Afloja su ropa: Desabrocha cualquier prenda ajustada alrededor de su cuello o pecho.
  6. Observa: Fíjate en los movimientos que hace. ¿Son en todo el cuerpo o solo en una parte? Esta información también será útil para el pediatra.

Lo que NUNCA debes hacer

  • NO intentes sujetarlo ni detener sus movimientos: Podrías causarle una lesión. Deja que la convulsión siga su curso.
  • NO le metas NADA en la boca: Ni los dedos, ni una cuchara, ni un paño. Es un mito peligroso. Un niño no se puede tragar la lengua durante una convulsión, pero sí podría morderte o ahogarse con el objeto que introduzcas.
  • NO intentes darle medicamentos ni agua durante el episodio.

Cuándo llamar a emergencias (112)

Aunque la mayoría de las convulsiones febriles se detienen por sí solas, debes buscar ayuda médica inmediata si:

  • La convulsión dura más de 5 minutos.
  • Es la primera convulsión febril de tu hijo. Siempre debe ser evaluada por un profesional.
  • El bebé tiene dificultad para respirar o su piel se pone muy azulada.
  • Se repite la convulsión en las siguientes horas.
  • El bebé no se recupera pasados unos 15-20 minutos de que termine el episodio o sigue muy adormilado y sin reaccionar.

Después de la convulsión: ¿Y ahora qué?

Una vez que la convulsión ha pasado, tu bebé probablemente estará agotado y querrá dormir. Déjale descansar, pero mantente cerca para vigilarlo.

Es fundamental que un médico valore a tu hijo después de una primera convulsión febril. El objetivo no es solo confirmar el diagnóstico, sino, y más importante, encontrar la causa de la fiebre. Podría ser una simple otitis, pero también es necesario descartar infecciones más serias, como una meningitis, aunque esto sea muy poco frecuente.

En la consulta o en urgencias, el médico te hará muchas preguntas sobre lo ocurrido y realizará una exploración física completa. Como explican los expertos de la Asociación Española de Pediatría en su portal para familias, el diagnóstico se basa principalmente en la descripción del episodio y la exploración. Generalmente, no se necesitan pruebas complejas como electroencefalogramas o resonancias magnéticas tras una convulsión febril simple.

¿Volverá a pasar? Riesgo de recurrencia y consecuencias

La pregunta que se hacen todos los padres es: «¿Le volverá a pasar?». La respuesta es que es posible. Aproximadamente 1 de cada 3 niños que han tenido una convulsión febril tendrán otra en el futuro. El riesgo es algo mayor si la primera ocurrió antes de los 15 meses o si hay antecedentes familiares directos.

Pero aquí viene la información más tranquilizadora: las convulsiones febriles simples no causan daño cerebral, no afectan a la inteligencia ni provocan la muerte. Son eventos benignos con un pronóstico excelente a largo plazo.

Un susto que pasa: Mensaje final para los padres

Presenciar una convulsión febril es una prueba de fuego, un susto monumental que te deja sin aliento. Pero ahora tienes el conocimiento para entender qué pasa y cómo actuar.

Recuerda los puntos clave: son una reacción a la fiebre, no epilepsia; son benignas en la gran mayoría de casos; y tu papel es proteger a tu bebé de golpes y controlar el tiempo. Ante la duda o si es la primera vez, busca siempre atención médica.

Has superado uno de los mayores sustos de la paternidad. Abrázate, respira y, sobre todo, abraza mucho a tu pequeño. Lo habéis hecho genial.

Preguntas y Respuestas

Q: ¿Una convulsión febril causa daño cerebral a mi bebé?

A: No. Las convulsiones febriles simples, que son las más comunes, no causan daño cerebral, no afectan a la inteligencia ni dejan secuelas neurológicas a largo plazo. Son consideradas un fenómeno benigno.

Q: ¿Mi hijo tendrá epilepsia si ha tenido una convulsión febril?

A: El riesgo de desarrollar epilepsia en el futuro es muy bajo, solo ligeramente superior al de la población general. La gran mayoría de los niños que sufren convulsiones febriles no se convierten en epilépticos.

Q: ¿Debo darle un antitérmico a mi bebé para prevenir las convulsiones febriles?

A: Los medicamentos para la fiebre (antitérmicos como el paracetamol o el ibuprofeno) sirven para bajar la temperatura y mejorar el malestar del niño, pero no se ha demostrado que prevengan eficazmente la aparición de una convulsión febril. Esto se debe a que la convulsión suele ocurrir con la subida rápida inicial de la fiebre, a menudo antes de que los padres se den cuenta y administren el fármaco.

Q: ¿Siempre debo ir a urgencias después de una convulsión febril?

A: Sí. Después del primer episodio de convulsión febril, es fundamental que un médico valore al niño para confirmar el diagnóstico y, lo más importante, identificar y tratar la causa de la fiebre. En caso de convulsiones posteriores, tu pediatra te indicará el protocolo a seguir.

Q: ¿Qué diferencia hay entre una convulsión febril simple y una compleja?

A: Una convulsión febril simple dura menos de 15 minutos, afecta a todo el cuerpo (generalizada) y no se repite en 24 horas. Una convulsión compleja es aquella que dura más de 15 minutos, afecta solo a una parte del cuerpo (focal) o se repite dentro del mismo día.

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