Estás en el parque. Ves a tu hijo mirando de lejos a un grupo de niños que ríen y corren. Desea unirse, lo sabes. Pero la timidez le frena, se queda paralizado, sin saber qué decir o cómo acercarse. Es una escena que encoge el corazón de cualquier padre o madre.
Queremos darles todas las herramientas para ser felices, pero enseñar a «hacer amigos» parece una tarea abstracta y complicada. ¿Cómo se practica algo así?
La respuesta es más sencilla y divertida de lo que crees: jugando. Concretamente, a través del juego de roles. Esta técnica no es solo para actores; es una herramienta potentísima para que los peques ensayen situaciones sociales en un entorno seguro y controlado: el salón de tu casa.
¿Por qué el juego de roles es una herramienta genial?
Imagina el juego de roles como un simulador de vuelo para las relaciones sociales. Permite a tu hijo «pilotar» una conversación sin el miedo a estrellarse. Es un ensayo donde no hay consecuencias reales, solo aprendizaje y diversión.
Los beneficios son enormes:
- Reduce la ansiedad: Al practicar en casa, la presión desaparece. Puede equivocarse, reírse y volver a intentarlo las veces que haga falta.
- Construye un «guion» mental: Le da frases y estrategias concretas que puede usar cuando se enfrente a la situación real.
- Fomenta la empatía: Al ponerse en el lugar de otro niño, empieza a entender mejor sus posibles reacciones.
- Desarrolla la comunicación asertiva: Aprende a expresar sus deseos y necesidades de forma clara y respetuosa.
En definitiva, practicar estas habilidades sociales básicas a través de juegos de habilidades sociales para niños le dará la confianza que necesita para dar el primer paso.
5 juegos de roles para perder el miedo y hacer amigos
Aquí tienes 5 escenarios sencillos para empezar a practicar. Recuerda mantener un ambiente relajado y divertido. ¡Sois actores en una obra muy especial!
1. El explorador del parque: Cómo romper el hielo
La situación: Tu hijo quiere jugar con otro niño que está solo en el arenero.
Los papeles: Tú eres el niño del arenero, concentrado en su castillo. Tu hijo es el «explorador» que quiere unirse a la aventura.
Posibles frases para practicar:
* «Hola, ¿puedo jugar contigo?»
* «¡Qué chulo tu castillo! ¿Te ayudo a hacer una torre?»
* «Me llamo [Nombre del niño]. ¿Quieres jugar a los coches conmigo?»
Este juego de roles se centra en la habilidad más fundamental: iniciar el contacto.
2. El detective de cumplidos: Un truco infalible
La situación: Acercarse a alguien nuevo haciéndole un cumplido.
Los papeles: Tú eres un nuevo compañero de clase. Tu hijo es el «detective» que tiene que encontrar algo que le guste de ti para decírtelo.
Posibles frases para practicar:
* «Me gustan mucho tus zapatillas, son de Spiderman».
* «¡Qué bien dibujas ese dinosaurio!»
* «Tu mochila es muy bonita».
Un cumplido sincero es una de las habilidades sociales básicas más efectivas para conectar con los demás.
3. La misión secreta: Unirse a un grupo
La situación: Un grupo de niños ya está jugando a la pelota o a pillar. ¿Cómo puede unirse tu hijo?
Los papeles: Tú y otros miembros de la familia (si es posible) sois el grupo que juega. Tu hijo tiene la «misión» de integrarse.
Posibles frases para practicar:
* «Hola, ¿a qué jugáis?»
* «Parece divertido, ¿puedo jugar con vosotros?»
* «¿Necesitáis a alguien más en vuestro equipo?»
Este juego de roles aborda uno de los mayores miedos: el de interrumpir o sentirse un intruso.
4. El negociador de juguetes: Practicando la comunicación asertiva
La situación: Tu hijo quiere un juguete que otro niño está usando.
Los papeles: Tú tienes el juguete más codiciado del parque. Tu hijo es el «negociador» que debe usar la comunicación asertiva para conseguirlo.
Posibles frases para practicar:
* «¿Me lo dejas un ratito cuando termines, por favor?»
* «Si quieres, te cambio mi coche por tu pala un rato».
* «¿Jugamos juntos con el cubo y la pala?»
Aquí no solo practica cómo pedir las cosas, sino también a ofrecer alternativas y a ser flexible.
5. El plan B: ¿Qué pasa si me dicen que no?
La situación: Tu hijo intenta unirse a un juego, pero el otro niño le dice que no.
Los papeles: Tu hijo se acerca a ti para jugar. Tú, como el otro niño, le respondes con calma: «No, ahora prefiero jugar solo».
Posibles frases para practicar (para tu hijo):
* «Vale, no pasa nada».
* «Bueno, pues si luego cambias de idea, avísame».
* «De acuerdo, voy a jugar a otra cosa».
Es crucial enseñarle que un «no» no es un ataque personal. Gestionar el rechazo con calma es una de las habilidades sociales básicas más importantes para la resiliencia y la autoestima.
Consejos extra para que el juego sea un éxito
- Que sea corto y divertido. Unos 5-10 minutos por sesión es más que suficiente. Si se cansa, lo dejáis.
- Celebra el esfuerzo, no la perfección. Anímale por intentarlo, sin importar si la frase ha sido perfecta. «¡Muy bien! ¡Qué valiente has sido al preguntármelo!»
- Sé su modelo a seguir. Que te vea interactuar con otras personas de forma natural y amable en el día a día es la mejor lección.
- Aumenta la dificultad poco a poco. Empieza por los escenarios más sencillos y, a medida que gane confianza, introduce otros más complejos.
Como bien señalan organizaciones como UNICEF en su programa de habilidades para la vida, la capacidad de comunicarse y relacionarse es fundamental para el bienestar de los niños. El juego de roles es una forma directa y amorosa de entrenar esa capacidad.
La confianza se construye paso a paso
Ayudar a un hijo tímido no consiste en cambiar quién es, sino en darle las herramientas para que su mundo se haga más grande. Cada pequeño juego de roles en la alfombra del salón es una semilla de confianza que florecerá en el patio del colegio y en el parque.
Poco a poco, con paciencia y mucho juego, ese «no sé qué decir» se irá transformando en un «hola, ¿jugamos?». Y ese será el mejor sonido del mundo.
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